Los padres de estos menores fueron quienes elevaron la queja, pero prefirieron el anonimato por temor a represalias, atendiendo que todos son funcionarios de la institución municipal.
Un caldo sin verduras que se asemejaba solo a agua coloreada, comida con trozos que tenían más grasa que carne y la suspensión del desayuno y la media mañana fueron los detonantes de la protesta.
Los progenitores forzaron una reunión en el estacionamiento del bloque C del Palacete Municipal con la directora de Recursos Humanos, Mirtha Frutos, tras la cual firmaron un acta de compromiso que garantice la provisión de insumos para la elaboración de alimentos ricos en nutrientes y proteínas.
Frutos dijo en esa oportunidad que los mismos incluso pueden supervisar las compras de productos cárnicos, verduras y otros que se hacen en supermercados o centros de consumo y el momento en que son cocinados.
SUMARIO. El intendente Mario Ferreiro reclamó de manera inmediata la realización de un sumario para esclarecer los hechos y evitar que el tema sea utilizado políticamente, según señaló. “La guardería municipal cuenta con fondos, parte de los cuales son aportados por los mismos padres de los chicos. Tiene un presupuesto anual de G. 197 millones, suficientes para que no falten los alimentos y que estos sean de calidad. Debemos precautelar la salud y la atención de estos niños”, sostuvo el jefe comunal.
La Junta Municipal capitalina también aprobó la realización de un sumario en la citada dependencia, el cual fue solicitado a través de una minuta verbal por el concejal Óscar Rodríguez, quien dijo al momento de fundamentar su requerimiento que las versiones hablaban de una “comida incomible”.