Esta orden católica repite cada año esta actividad con la intención de concienciar a aquellos que van al volante a hacerlo con absoluta responsabilidad y siguiendo el decálogo recibido que insta a no manejar bajo los efectos del alcohol, a andar con prudencia, cuidar a los niños, usar cinturones y otras observaciones.
Desde la mañana, una larga fila de automóviles, camionetas y motocicletas fue formándose para recibir la bendición de los Hermanos Franciscanos de impecable marrón pidiendo que Dios los proteja en su viaje.