Miguel Martínez, líder de la comunidad Ko’e Poty, ubicada en el distrito de Yhú, Caaguazú, rechazó la denuncia presentada por la Dirección de Derechos Étnicos del Ministerio Público, a cargo de la abogada Dora Penayo, contra el pastor Serafín Navarro, de la Iglesia Pentecostal Príncipe de Paz de Curuguaty. Considera que el pastor no cometió ningún delito durante la sanación que hizo al anciano Leguizamón Rivarola.
Martínez comentó que luego de una reunión con los miembros de la comunidad autorizó la instalación de la Iglesia Príncipe de Paz, habiendo varios problemas que aquejaban a dicha comunidad en ese entonces, hace como un año y seis meses atrás aproximadamente. “En ningún momento hubo atropello, como quieren hacer entender algunos; yo consulté con todos y aceptaron, tampoco se le obligó a la gente a participar en los cultos, todo fue con respeto”, expresó.
Entiende que la denuncia presentada contra Serafín Navarro no corresponde, ya que en ningún momento se destruyeron los objetos ancestrales de Don Legí, dijo; es más, que el predicador le devolvió totalmente esos objetos.
“Yo soy el responsable de mi comunidad, yo soy quien sabe las necesidades y enfermedades de mi gente”, enfatizó.
Finalmente, el cacique Martínez dijo que en ningún momento la abogada Dora Penayo se comunicó con él para averiguar sobre el hecho, “mucho menos llegó a la comunidad a indagar lo sucedido para presentar la denuncia”.
Por su parte, el pastor Serafín Navarro dijo que cuenta con personería jurídica su iglesia Pentecostal Príncipe de Paz con lo que puede trabajar en cualquier parte del territorio nacional, y que ingresaron a la comunidad con permiso del líder y los miembros.
“Todo fue una noticia falsa, estoy dispuesto a que me investiguen; tengo familia, esposa e hijos; yo no voy a esconderme” precisó el predicador, que dijo estar abierto a las investigaciones. (E.C.)