El desplome de las perspectivas de crecimiento económico pronunciadas al interior del sector privado está siendo contemplado también por el Banco Central del Paraguay (BCP). El economista jefe de la banca matriz, Miguel Mora, reconoció que si bien no cuentan aún con un cálculo de ajuste de la proyección de 3,2% de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para el presente año, los datos que se van recogiendo sobre el dinamismo del primer semestre demuestran que probablemente se tendrá que corregir a la baja la estimación lanzada en abril pasado.
“Por de pronto, nos mantenemos en el 3,2% pero no podemos dejar de lado el tema de que probablemente haya un sesgo de corrección a la baja. Cuánto va a ser, no lo sabemos; vamos a ir recolectando información porque el Ministerio de Obras Públicas ya había anunciado para el segundo semestre un desembolso bastante importante, en estos días tuvimos un dato de repunte del precio de la soja, habría que ver”, dijo.
En cuanto al deterioro del comercio fronterizo, dio como ejemplo que las compras con tarjetas de crédito de extranjeros disminuyeron en 20% hasta abril pasado, lo cual agudiza la situación generada por la merma agropecuaria y de generación de energía eléctrica. Las compras con tarjetas nacionales, por su parte, crecieron 9% y en total, 2%, agregó.
Reconoció, sin embargo, que un cambio en las condiciones climáticas podría ayudar a la generación de energía eléctrica, previamente afectada por la última sequía, para atenuar de algún modo el impacto de los resultados negativos en la variación del PIB. El BCP prevé actualizar su proyección de crecimiento económico en julio próximo. En diciembre de 2018, la entidad consideraba que el PIB aumentaría 4% en 2019.
Las finanzas, en otra sintonía. El comportamiento del sistema financiero está marcado por un crecimiento de créditos de 20%, hasta abril pasado, y sigue así una dirección opuesta a la actividad económica, que exhibió una caída -2,8% al cierre del primer trimestre del año. Esta dicotomía, si bien es difícil de comprender, no representa un riesgo debido a que la morosidad se mantiene controlada, en torno al 3%, aseguró Mora.
“Todavía no hay indicios de que haya una mala asignación de créditos y los sectores que tienen inconvenientes son los sujetos a la flexibilización en el sistema financiero, a través de las resoluciones (del BCP), que son causas bien justificadas: en el caso de la agricultura, (por) la sequía; y en la ganadería, por inundaciones”, explicó.
Recordó que la actual caída de la producción agropecuaria y el menor dinamismo también observado en el comercio y la industria no frena al mercado del crédito, ya que tanto las empresas como las familias siguen tomando préstamos y los montos crecen en 22,7% y 6,3%, respectivamente, según el último informe de Estabilidad Financiera del BCP.
El reporte destaca que el endeudamiento de las empresas se ha incrementado como porcentaje del PIB, a un nivel actual de 24,9%. A marzo de 2019, la deuda corporativa representó el 64% de los créditos totales otorgados por el sistema financiero, con un aumento explicado por la contribución positiva de los créditos otorgados a empresas que operan en el comercio, la agricultura, la ganadería y la industria.
“En cuanto a la calidad de la cartera empresarial, la tasa de morosidad se ha reducido en el último año, ubicándose en 1,7% al primer trimestre. A su vez, la morosidad de los préstamos otorgados al sector corporativo ha disminuido en la mayoría de los sectores económicos”, recalca.
Respecto a los indicadores de estabilidad financiera, el BCP sostiene que los créditos de bancos y financieras representan el 38,9% del PIB y los depósitos, el 41,4%. Explica que los créditos siguen siendo fondeados en su mayoría por los depósitos, especialmente en moneda local, mientras que el fondeo externo representa el 24,4% de los depósitos en dólares a marzo de 2019, superior al registrado en el informe de setiembre. “Con respecto al indicador de brecha de crédito sobre PIB, que mide la sostenibilidad del incremento del crédito, el cociente crédito sobre PIB, al primer trimestre de 2019, se ubicó levemente por encima de su nivel de largo plazo, generando una brecha positiva”, concluye.