Con alabanzas, cantos, rezo del santo rosario y la procesión de la imagen de la Virgen de la Asunción arrancó ayer el novenario en honor a Nuestra Señora de la Asunción, patrona del Paraguay y mariscala del Ejército paraguayo.
La feligresía católica está de fiesta. Los alumnos y el plantel docente del Colegio de la Asunción fueron los encargados de trasladar ayer la imagen de la Virgen de la Asunción desde su oratorio (Palma y Chile) hasta la Catedral Metropolitana, para dar apertura a las actividades civiles y religiosas en honor a la Santa Madre. La imagen fue escoltada también por los Heraldos del Evangelio.
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, presidió la misa que tuvo como tema La amistad con Cristo, condición para una vida cristiana auténtica. Habló de la necesidad de que los jóvenes abracen una amistad perfecta con Cristo.
Instó a los presentes a llevar una vida cristiana y auténtica para producir buenos frutos, poder fructificar los dones que Dios les dio. “Debemos ser buenos cristianos, buenos católicos”, resaltó.
El obispo recordó que se debe abrazar siempre la palabra de Cristo y recordar siempre sus palabras que sin ellas nada se puede hacer.