Angustia y alivio de las familias de tripulantes

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Los familiares de la tripulación del submarino se expresaron entre el alivio por la noticia y la angustia renovada tras conocer el paradero final de sus seres queridos. Nuevamente la Base Naval de Mar del Plata, fue epicentro de las reacciones de los familiares, como ocurrió un año atrás.

“Ahora vamos tras la búsqueda de la verdad. Para nosotros se inicia una nueva etapa”, dijo Jorge Villarreal, papá del tripulante Fernando Villarreal, en declaraciones radiales. Se reiteró el malestar por el manejo gubernamental de la información, y en una masiva reunión familiar en el ingreso a la base se insistió con la consigna: “44 corazones de acero, prohibido olvidar”.

“Es el submarino hallado a 907 metros de profundidad. La palabra adecuada es prudencia (porque) tenemos una información preliminar”, dijo José Villán, jefe del Estado Mayor de la Armada, y subrayó que no se puede afirmar ni negar si podrá ser reflotado.

“Recibimos la noticia a la una de la mañana, nos informó la Armada. Desde entonces me quedé sentado, atónito”, relata Cristian Méndez, cuñado del suboficial segundo Celso Óscar Vallejos, uno de los marineros de la Armada que viajaban en el sumergible cuando el 15 de noviembre de 2017 se perdió su pista. “La primera sensación fue de salir corriendo. Me imaginé que era el primer día y que todavía estaban vivos. Sensación de gritar, salir corriendo y ayudar. No sé dónde, no sé cómo”, señala. EFE

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