Esta gran aventura se desarrolla a casi 30 kilómetros de Moscú, donde instaló su nuevo hogar, con todas las características que imitan a las de las viviendas rusas del siglo IX.
Según el portal rt.com la alimentación también será respetada según la tradición de la época.
El joven de 24 años tendrá a su disposición cabras, gallinas, hongos y pescado deshidratado, grasa de cerdo, además de varios tipos de cereales.
También podrá cazar conejos y zorros del bosque, pero con los viejos métodos, según se explica.
El que está dispuesto a vivir sin energía eléctrica, internet y sin toda la ropa que tenía colgada en su ropero, se llama Pável Sapozhnikov.
Teniendo en cuenta que pasará todo el invierno ruso en esas condiciones, con temperaturas que pueden superar los 20 grados bajo cero, en las redes sociales ya se especula que el artefacto que más extrañará será la calefacción.
Este experimento que empezó hace unos pocos días, finalizará el 22 de marzo del 2014 y su protagonista señala que su herramienta más preciada es un hacha.
“Con una hacha puedes construir todo lo que necesitas. Cuando no te sirva para algo, seguro que te sirve para fabricar la herramienta apropiada”, dijo Pável.
En su primeros días como viajero en el tiempo, Pável confiesa haber tenido dificultades para hacer fuego a partir del chasqueo de una piedra. Y no se amedrenta al reconocer que le gustaría tener un mechero a mano.
“Nos resulta muy interesante ver cómo una persona podía vivir entre estaciones, como otoño e invierno, cuando hay menos comida y provisiones, y también menos horas de luz al día”, afirmó el impulsor de la iniciativa, Alexéi Ovcharenko.
Cabe resaltar que el joven no está solo, un equipo de personas vigilará cada uno de los movimientos de Pável, así como el desgaste de cada uno de los elementos con los que cuenta.
Otro de los aspectos importantes del experimento es el sociopsicológico. Los promotores del proyecto quieren saber cómo afecta a una persona la vida en solitario.