Tesinas de garaje

Fernando Boccia Torres – fernando-boccia@uhora.com.py

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Como una triste ironía, una tesina universitaria se encargó la semana pasada de recordarnos el pésimo nivel académico de la educación terciaria a la que acceden miles de jóvenes paraguayos hoy en día. El trabajo de grado de Ysanne Olmedo para culminar la carrera de Licenciatura en Criminalística y Ciencias Forenses en la Universidad del Chaco (UniChaco) llevó como título Características de las escrituras manuscrita de las personas con trastorno homosexual. La misma impunidad que permitió que broten como hongos las universidades de garaje, ahora consintió un título con errores de gramática y de conceptos.

La aprobación del trabajo no solo demuestra un fundamentalismo peligroso en una institución que tiene sucursales en las principales cabeceras departamentales del país, sino también revela un profundo desconocimiento científico. Hace décadas que la ciencia médica determinó que la homosexualidad no puede ser considerada una enfermedad mental. El enfoque académico de la Universidad del Chaco –y quién sabe de cuántas otras más– no solo está atrasado más de 40 años, sino que va en contra de principios básicos de derechos humanos y desnuda una visión retrógrada del mundo.

La universidad emitió un comunicado en el cual defendió la tesina de la ahora egresada, desmintió que se haya intentado menoscabar o agredir a una persona y se limitó a hablar de un “error semántico”. El intento de explicación no fue tal; el texto no brindó argumentos sobre el punto específico que sectores civiles cuestionaron y la UniChaco dejó nuevamente al descubierto que quizás sea una casa, pero no precisamente de estudios.

Detrás del árbol, claro está, hay un bosque. Hace más de una década, el Parlamento hizo un festín con la educación terciaria y aprobó la proliferación de universidades privadas que no reunían los mínimos requisitos académicos.

Así decenas de estas empresas, cuyo único fin es el lucro y no la excelencia académica, funcionan hoy a lo largo del territorio nacional. Desde el 2006 hubo promociones enteras de profesionales egresados de ellas.

El año pasado, el Ministerio de Educación advirtió que al menos seis mil jóvenes estaban siendo estafados por universidades de garaje, que cobran altas cuotas por carreras universitarias que en realidad no podían impartir. La Licenciatura en Criminalística de la UniChaco, por ejemplo, no está en el catálogo del Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), así como otras carreras que ofrece.

Ese mismo Estado, que permitió la creación de estas universidades y que sigue tolerando que operen, debe alguna vez intervenir para detener la propagación de la ignorancia en los garajes. Esta es una oportunidad.

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