El presidente electo, Mario Abdo Benítez, retornó ayer en horas de la tarde del viaje que realizó a Estados Unidos, donde mantuvo una serie de reuniones con empresarios y autoridades.
No brindó declaraciones y su regreso fue con total sigilo. Llegó en un vuelo privado y del aeropuerto directamente abordó el vehículo que lo trasladó hasta su residencia particular.
Abdo Benítez se llamó a silencio y no dio ninguna posición sobre el polémico caso que golpea a su aliado político, el diputado José María Ibáñez, quien sigue en el cargo, a pesar de que admitió que cometió delito en el sonado caso de los caseros de oro.
Recibió un fuerte respaldo de los diputados, entre ellos de Añetete, que bloquearon la pérdida de su investidura.
En contrapartida aumenta la indignación de la ciudadanía y la presión de los comercios y gremios, que hoy se moviliza frente al Congreso para exigir la renuncia de Ibáñez y exigir el veto del acuerdo que negoció el Gobierno sobre la nota reversal de Yacyretá, aprobado también por los diputados el mismo día que blanqueron a Ibáñez.
En este punto, también se cuestiona a Marito porque durante la campaña mantuvo una posición en contra y ahora apoya la decisión política con el voto de sus legisladores de Añetete.
En el entorno del presidente electo se habla que terminarán soltando la mano a Ibáñez, debido a que la crisis institucional está desgastando la figura presidencial, antes de que asuma el cargo.