Pesebre familiar gigante con más de 100 años de tradición

Recreando cómo se vive la Navidad en un pueblo del interior del país, frente a la casa de la familia Sánchez en Itauguá Guazú, un enorme establo formado con un parral, ramas secas y pirí cubre un colorido gran pesebre que alberga al niño Jesús con más de 100 años.

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print

Alegórico. El pesebre de la familia Sánchez permite a los visitantes recorrer su interior y admirar así la gran obra.

El armaje tiene unos 12 metros de largo y 7 metros de profundidad con un sendero para recorrerlo y admirarlo como si fuera una feria de pequeños animalitos entorno al niñito.

Doña Ramona Sánchez es quien cada año dirige y realiza el minucioso trabajo de seleccionar las piezas, las alegorías, el diseño, y visualiza el concepto adecuado para que las personas que visitan su casa cada 25 de diciembre encuentren un pesebre distinto, pero con la misma esencia familiar que lo caracteriza desde hace un siglo con el trabajo que empezó a hacer la abuela Liberata Cáceres.

“Hace 60 años que hacemos en Itauguá Guazú este pesebre y desde hace 20 o 25 años que venimos ampliándolo más”, comentó doña Ramona mientras descansaba un poco para seguir poniendo a punto el inmenso “Establo de Jesús”, que está rodeado de varias casitas de adobe y de paja que hacen alusión a la tradición campesina de la Navidad.

Más de 300 piezas conforman esta gran alegoría de la Natividad que une a generaciones de la familia Sánchez. Un arroyito artificial, un pozo, cascada, caminos que permiten al visitante adentrarse en el pesebre, así como frutas de estación, globos y estrellas colgantes, mazorcas de maíz y plantas, forman parte de esta tradición itaugüeña.

Numerosas personas llegan a partir del 25 de diciembre para aprecíar esta gran obra familiar.

  • Facebook
  • Twitter
  • Email
  • Print
Más contenido de esta sección