Obispo aconseja inculcar la Biblia para reducir violencia

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El obispo emérito de la Diócesis de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, puso el foco durante su homilía en la importancia de que en cada familia haya una Biblia para poder inculcar la lectura del Evangelio a los más chicos. Según el prelado, conocer a Jesús desde temprana edad puede servir de antídoto contra la violencia y la corrupción, tan arraigadas hoy en la sociedad.

Recuerda que desde niño conoces las Sagradas Escrituras fue el tema que abordó ayer monseñor Giménez. Su mensaje llegaba a los fieles que seguían con solemne atención la parsimoniosa voz del sacerdote.

Solo una porción de la explanada de la Basílica Menor estaba ocupada por los devotos, así como en el primer día de la novena de la Virgen Madre.

De acuerdo con la reflexión del obispo emérito, tener acceso desde niño a la Palabra de Dios puede contribuir a erradicar los males que aquejan a la sociedad.

Y resaltó la violencia de género como primer punto. “Ahora que abunda tanto este mal tan desgraciado que es el feminicidio, ¡vaya a saber lo que a ese hombre se le enseñó cuando era niño!”, exclamó en medio de su sermón durante el segundo día del novenario de la Virgen de los Milagros de Caacupé.

Giménez, quien durante 22 años fue pastor de esa diócesis hasta 2017, subrayó la importancia de que en cada familia haya una Biblia, sea leída entre todos sus integrantes y pongan en práctica las enseñanzas que dejan las Escrituras.

Hizo referencia a un pasaje bíblico, cuando un funcionario real le pidió a Jesús que vaya a su casa para curar a su hijo que estaba con una enfermedad terminal. “Jesús le contestó: ‘¡Vuelve a tu casa, tu hijo vive!’, y el hombre creyó en la palabra, tuvo fe, y encontró que su niño vivía”, reprodujo.

A su entender, “si estas cosas les enseñamos a nuestros niños, ellos van a crecer en una atmósfera de fe en la palabra, van a creer en Jesús, le van a querer a Jesús y van a obedecer también las palabras de Jesús”.

Citó aquellas máximas de Nazareno, tales como: “’Hagan a los demás lo que a ustedes quieren que se les haga. Amen a los demás como yo les quiero a ustedes’. Y, probablemente, jamás van a mentir más o probablemente jamás van a robar más”, postuló.

“O, probablemente, jamás van a estar golpeando a otros o asaltando o matando a su prójimo”, dijo al poner acento en el flagelo del feminicidio.

SEMILLA

Para Giménez, si por debilidad –como todo pecador– uno comete errores en la vida, la fe que como una “pequeña semilla llevamos en el corazón” será la “fuerza para corregirnos”.

“Y juntos vamos a ir construyendo una Iglesia mejor, una sociedad más justa, una sociedad menos violenta, menos corrupta; ahí estamos todos metidos. Realmente es dolorosa toda esa situación”, resaltó.

La Virgen María supo recibir la Palabra en su corazón –dijo–, “a pesar de que muchas cosas no entendía”. “¡Qué interesante: No entender todo, pero ponerlo en práctica!”, destacó al mencionar que el primer contacto de todo católico con Jesús es la cruz y su madre. “La mamá que le muestra la cruz y él (niño) dice ‘Mimí’. Es la primera clase de catecismo que aprendemos en la casa, en el regazo de la mamá”, resumió.

FAMILIAS. A los niños hay que acercarles –dijo– la lectura de la Palabra de Dios.

¡Hagan a los demás lo que a ustedes quieren que se les haga! Probablemente, jamás van a mentir más o van a robar más.

Si esto enseñamos a nuestros niños, probablemente, jamás van a estar golpeando a otros o matando a su prójimo. Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé.

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