En el transcurso de la mañana de ayer, el Ministerio Público ya dudó de su versión debido a que la escena del ataque y posterior crimen no concordaba con lo explicado. Luego acabó siendo imputada por lo sucedido.
El barrio San Roque amaneció en la víspera con el violento crimen del que fue víctima Jesús María Vera Rojas (36). Su esposa lo sindicó inicialmente como su agresor.
En estado de ebriedad llegó a la casa y la agredió, dijo. En ese momento, ella tomó un cuchillo de cocina y le propinó heridas para frenarlo. Al menos, fue el relato que dio ante los agentes, a las 4.30 aproximadamente, refiere el oficial inspector Mario López, jefe de la unidad policial.
Cuando fueron a la casa de la pareja, hallaron tendido a Vera con puñaladas en todo el cuerpo y un golpe en la cabeza, ocasionado aparentemente por un mazo.
El cuerpo del hombre presentaba indicios de que fue atacado mientras dormía, refiere el fiscal de la causa Rafael Ojeda. Esto llamó la atención y se ordenó la detención de la mujer, quien exhibió un corte en el brazo que le propinó supuestamente su esposo.
Sin embargo, la pesquisa cree que la supuesta homicida se cortó con un pedazo de espejo para ocultar el crimen. Los agentes fueron a la escena y encontraron un cuchillo de mesa con rastros de sangre y un mazo.
PELEA. El oficial López comunicó que fueron hasta el barrio para recabar datos de familiares y vecinos, quienes manifestaron que la pareja estaba atravesando por una crisis a causa de una supuesta infidelidad por parte de la víctima.
Además, Vera estaba por emprender un viaje a la Argentina junto con un hermano. La situación habría despertado los celos y la rabia de la mujer, quien presuntamente concretó el plan de matarlo en su propia casa. El fiscal Ojeda la imputó por homicidio doloso y pidió su prisión.