¡Ya queremos volver a las clases presenciales!, exclamaban días atrás los estudiantes del colegio público Santa Teresita del Niño Jesús del barrio San Vicente. Una docena de aulas están en riesgo de derrumbe en la institución, por lo que desde que habilitaron la modalidad semipresencial, los chicos y chicas no pueden regresar aún; ya casi se completa el segundo año educativo en pandemia por el Covid-19.
Mientras que en todo el país se repiten las imágenes de escuelas públicas con paredes rajadas, tejas rotas, pisos con baches y las vigas con fisuras, el MEC tiene una reducción del 52% de su presupuesto para obras de infraestructura: De G. 200.261.587.123 que obtuvo para este 2021, para el curso lectivo entrante tiene aprobados solo G. 96.299.470.000. Los datos son extraídos de los informes del Ministerio de Hacienda y del Observatorio Educativo Ciudadano (OES).
El proyecto de presupuesto con estos números se remitió al Congreso Nacional semanas antes de las movilizaciones de los docentes, aclaran desde los gremios del sector.
El MEC ya tuvo una reducción presupuestaria del 8% en este segundo año en pandemia. Para el curso que viene está previsto un 2% menos, llegando así al 10% menos en dos años.
El ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, aseguró que “lograron” recuperar un 5% sobre el 8% que perdieron este 2021.
No brindó más detalles, pero sobre los recursos para obras, dijo: “Conseguimos algo para infraestructura para el año que viene y estamos viendo más fondos”.
Regresión. Luego de una década en la que casi todos los años la cartera educativa contaba con aumentos para reparar o construir aulas, el ministerio cuenta nuevamente con un drástico reajuste para este ítem.
En el 2011, el presupuesto para infraestructura en el ministerio fue de más de G. 10.280 millones. Para el año siguiente, en el 2012, tuvo un aumento en este rubro con más de G. 65.000 millones.
Entre el 2013 y el 2014 el rubro volvió a descender abruptamente hacia los G. 10.000 millones, para aumentar luego año tras año desde el 2015 con G. 75.640 millones.
Esto en lo que respecta a fuentes del Tesoro y a lo que corresponde a donaciones de organizaciones.
Estos fondos están disminuyendo desde hace tres años, cuando pasó a los G. 286.000 millones en el 2020, de los más de G. 300.000 millones que tenía en el 2019.
Datos del OEC indican que 6 de cada 10 establecimientos educacionales están en mal estado. Refacciones o construcciones de salas de clase, reparación o instalación de sanitarios y nuevos mobiliarios son solo algunas de las necesidades apuntadas.
“Acá lo que está sucediendo es una regresión educativa y no una transformación con recursos para infraestructura que van disminuyendo”, lamentó el titular del Sindicato Nacional de Directores (Sinadi), Miguel Marecos. Para la Federación de Asociaciones de Padres (Fedapy), no hay voluntad política para incrementar el dinero para el sector. “Terminamos siendo los padres los que nos ocupamos de la responsabilidad del Estado”, apuntó la titular de la federación, Francisca Monges.
Recortes para obras en el FEEI
El reajuste de USD 40 millones en dos años al FEEI por parte de la Comisión Bicameral también afecta a la posiblidad de reparación y construcción de obras de infraestructura escolar para el 2022. De acuerdo con los miembros de la sociedad civil del Fondo, un proyecto para la refacción o construcción de 120 aulas se verá afectado por este tijerazo. El programa, de concretarse, puede beneficiar a 5.000 estudiantes de los distintos niveles, aclararon. Los representantes pidieron a la Cámara Baja que revierta lo aprobado por la Bicameral para no postergar otra vez la educación. El tema podría tratarse en los primeros días de la semana.