Madre de joven muerto en asalto exige que hagan justicia

“Estoy segura que los delincuentes le siguieron o son cómplices del cobrador del usurero, quien llamativamente llegó a casa a la mañana, cuando le dije que pasara a cobrarme a la tarde”, empezó diciendo en esta entrevista, Magdalena Ayala de Ocampo, madre del joven Pablo Andrés Ocampo Ayala, quien fue asesinado por un motochorro el jueves 1 de octubre pasado en el barrio San Blas de la colonia Juan de Salazar de Limpio, con un disparo en la cabeza.

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Madre. Magdalena Ayala de Ocampo exhibe la foto de su hijo ultimado por delincuentes.

La mujer no se olvida del rostro del asaltante que llegó a su casa y lo reconoció a través de un identikit, además de fotografías que le fueron mostradas por la Policía.

“Le tengo en mi mente a ese criminal, un día tiene que pagar por todo lo que hizo”, decía entre lágrimas la madre de la víctima, mientras atendía a los clientes en la despensa que tiene en su casa.

Cuenta la señora, ese día atendía como siempre su pequeño almacén La Esperanza en el barrio San Cayetano de la fracción Amanecer de la referida ciudad y le extrañó que el cobrador de un prestamista, de quien su extinto esposo había prestado plata, llegó alrededor de las 10.00, ya que ese martes se pusieron de acuerdo que pasara por la tarde.

Cómo fue. Cuando el cobrador llegó hasta el pequeño negocio, segundos después llegaron los asaltantes, en dos motos, uno de ellos bajó del biciclo y pidió un cigarrillo, ínterin en que redujo al recaudador, a punta de arma de fuego, sacándole su celular y G. 100.000, como también el dinero que la señora tenía sobre la mesa.

“Cuando los delincuentes se fueron, una de mis hijas gritó, asalto!, Andy (por Pablo Andrés) pensó que fue a mí a quien asaltaron, por lo que tomó su moto y con su primo le siguieron a uno de ellos, en este caso fue a quien bajó del biciclo para asaltar. Fueron aproximadamente dos kilómetros que siguieron al delincuente y cuando le alcanzaron, le tiraron al piso, pero fue el criminal, quien se puso en pie primero y tomó su arma y disparó, le erró dos veces a mi sobrino, pero a mi hijo le tuvo en el suelo y le disparó en la cabeza”, explicó la mujer.

La humilde familia se queda sin uno de sus hijos, de los seis que tenía, y es Pablo Andrés quien se esmeraba por salir adelante, de trabajar y estudiar para su madre, ya que su padre murió meses atrás.

“La policía no me dice nada, me mostraron una foto y rápidamente identifiqué al criminal ese, pero hasta ahí, ya no se comunicaron conmigo, mientras que el delincuente sigue libre y asaltando y matando a gente inocente”, decía la señora.

Magdalena Ayala aseguró que cuando tenga un poco de plata construirá un nicho en el lugar donde cayó muerto su hijo, pero tendrá que esperar, ya que los gastos del sepelio le dejó sin dinero.

El lugar donde ocurrió el asalto es uno de los asentamientos recientemente creados, es un lugar pobre, entre viviendas y bosques, que está ubicado lejos del centro urbano, donde no ingresa ninguna línea de transporte, es de difícil acceso y donde se refugian los marginales.

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