Honor Colorado hizo una primera demostración de fuerzas la semana pasada con la reunión que quedó enturbiada tras la imputación del diputado Erico Galeano, salpicado por lavado de dinero y asociación criminal.
Varios referentes de FR pasaron a las carpas de Honor Colorado. Los diputados electos Arturo Urbieta, Leonardo Saiz, Carmen Giménez, José Domingo Mino Adorno y Eulalio Lalo Gómez se sumaron al cartismo para “apoyar” al presidente electo Santiago Peña.
Para evitar estas mismas fugas, el sector de senadores electos por FR retoman las conversaciones iniciadas hace algunos días para buscar encaminar un acuerdo amplio que pueda concretar la conformación del bloque independiente.
En total ingresaron 12 legisladores por el sector que respondía al presidente saliente Mario Abdo Benítez.
El principal tropiezo que están teniendo es la definición de la mesa directiva del Congreso para el próximo periodo. Salomón está interesado en volver a lograr un acuerdo político y continuar al frente del Congreso.
Sin embargo, aparecen otros nombres que están con las mismas pretensiones políticas. Una de ellas es la senadora Lilian Samaniego, quien la semana pasada hizo una pausa y viajó a Washington (Estados Unidos), donde se reunió con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
El senador Juan Afara está interesado en asumir el liderazgo de bancada. Aunque está inclinado en la unificación de la bancada colorada, propuesta encaminada por el sector de Honor Colorado y el presidente electo.
Peña ya conversó con algunos de los legisladores electos para tratar de encontrar consenso y poner las cartas sobre la mesa sobre las pretensiones que cada uno tiene en la repartija de la cuota de poder en la estructura del Estado.
Desde el sector de Honor Colorado, Silvio Ovelar tiene interés de ser designado como presidente del Congreso para entregar la banda presidencial a Peña, durante la ceremonia de asunción, prevista para el 15 de agosto.
FACTOR ABDO. Otro punto que genera “ruido” a los colorados es el interés del presidente saliente de asumir activamente la figura de senaduría vitalicia, una vez que deje el cargo. Inclusive, tendría una oficina en la Cámara Alta.
En el entorno político del presidente se menciona que el objetivo es marcar su identidad política para enfrentar al cartismo que buscará la revancha una vez que asuma el control del poder en Palacio de Gobierno. El Ejecutivo había presentado un proyecto de reglamentación de la figura de la senaduría vitalicia que está en manos de los legisladores.