–¿Es corto el tiempo para que un mandatario pueda desarrollar sus proyectos?
–Casi, casi esto va a llevar a otra pregunta. Prefiero decirte anticipadamente que yo entré con las reglas de juego 2013-2018 y no gasté un segundo en hablar de la reelección. Nadie te podrá decir que gasté mi tiempo en eso. Creo que eso sintetiza bastante.
–¿Sus hijos le reclaman tiempo o puede combinar esa tarea de mandatario y padre?
–Normal, claro que reclaman y recibo a veces la visita de ellos acá para que almorcemos o de repente nos encontremos a la noche. Los días que tengo para ellos son sábado y domingo.
–¿Ese tiempo lo pasa aquí (Mburuvicha Róga) o en el interior del país?
–No, voy al campo con ellos, a veces en la residencia. Pero, claro, yo los extraño mucho.
–¿Cuántas horas duerme al día?
–Pocas, pero este es un cargo que no permite ni cansarse ni enojarse. Hay que seguir los compromisos en serio. No voy a deshonrar ni a Dios, ni a mi patria ni a mi Partido Colorado.
–Ya que está hablando de Dios, el papa Francisco nos visita. ¿Qué significa para usted?
–Increíble. Realmente considero un milagro. Tuve la bendición y suerte de estar dos veces con él. Un Papa que quiere tanto al Paraguay y, sobre todo, que tanto distingue a la mujer paraguaya, tantos países con más población en donde podría ir... yo les adelanto el poder que tiene, de amor, de paz y de los buenos deseos que tiene para todos nosotros. Va a ser algo impactante. Esperemos que realmente todo salga a la perfección y en eso estamos trabajando. Estamos muy contentos con la organización.
–Independientemente a lo espiritual, ¿su venida también movilizará la economía?
–No quiero estar midiendo la venida de Su Santidad en dinero. Para mí va por lo espiritual.