Tras la polémica que se generó en torno al presupuesto que se destina no solo al Congreso, sino a las distintas instituciones en el rubro para bocaditos, en la Cámara Alta se entregó un resumen de lo que se consumió hasta el momento.
Se detallan actividades, fechas y cantidades en las que se repartieron, y en la mayoría de ellas fueron para audiencias públicas en el caso de las chipitas y los bocaditos.
Charlas, talleres, reuniones de comisiones asesoras, encuentros dentro y fuera de la institución, pero organizadas por esta, mesas de trabajo, viajes, exposiciones y presentaciones de proyectos fueron algunos de los eventos en los que se consumió chipita, así como en las sesiones de la Cámara Alta.
Desde el 13 de enero hasta el 23 de noviembre se cita un total de 96 actividades relacionadas con el Senado.
En cuanto a los bocaditos salados, se puede deducir que fueron repartidos en actos más selectivos, como el del Encuentro Anual por la Red de Parlamento Abierto de Parlaméricas, que reúne a senadores de distintos países.
Lo mismo en el caso de los bocaditos dulces. Entre los eventos en los que se repartieron figuran reuniones de comisión, conferencias, foros y celebración del Día del Maestro en la Cámara Alta. El desayuno de trabajo, que generalmente incluye café y cocido con leche, jugos, ensaladas de frutas, sirvió para agasajar a las funcionarias que son madres en su día.
También se menciona el menú consistente en carne asada para la cena organizada para las Olimpiadas Especiales en el Comité Olímpico, en la ciudad de Luque, que fue el 20 de octubre pasado.
Lo que no se detalla en el documento es la consumición de los senadores en las sesiones de los días jueves, en donde además del desayuno, consistente en café, chipa y ensalada de frutas, luego les espera un almuerzo tipo bufé que cuesta G. 80.000 por persona.