Un grupo de funcionarios de la Dirección de Desarrollo Social de la Municipalidad había iniciado el trabajo en las inmediaciones del local donde semanalmente se realiza la feria de productores hortigranjeros, buscando la manera de asistir a las personas que por algún motivo habían dejado sus casas y actualmente están viviendo en las calles. Luego, se trasladaron al Parque Verde.
De los siete primeros abordados, los trabajadores sociales consiguieron apoyar a más de 100 personas en la actualidad, entre las que se encuentran en su mayoría jóvenes y niños, entre ellos de pueblos originarios que deambulan por la ciudad, pero que en los días de asistencia están presentes en el lugar señalado. Uno de los jóvenes que ya está plenamente recuperado, identificado como Daniel por los trabajadores, fue contratado por la Municipalidad de Ciudad del Este, conforme a lo informado por Zunilda Encina, de la División de Desarrollo Comunitario.
Inicialmente, los funcionarios tuvieron dificultades, ya que incluso uno de ellos fue víctima del hurto de sus pertenencias, mientras se encontraban realizando el abordaje. Pero en la actualidad ya son 17 los que volvieron a sus hogares, entre ellas siete indígenas de comunidades de Itakyry y Villarrica.
Los que sufren de adicción son enviados a instituciones que trabajan en la recuperación, para su internación y desintoxicación.
En otros casos, los que se aferran a la fe son enviados a retiros espirituales. “La intendencia nos provee totalmente los vehículos, los alimentos y todo lo que es necesario para el trabajo de reinserción, además contamos con donaciones de gente de buena voluntad que nos está ayudando”, dijo Encina.
NECESIDADES. Pese a que los funcionarios y los voluntarios acompañan a las personas en estado de calle, existen otras necesidades que podrían ser cubiertas con el voluntariado. “Necesitamos abogados para acompañar la parte jurídica de algunos que tienen problemas con la Justicia, médicos para las evaluaciones porque la mayoría no quiere ir a un hospital y especialistas en el área de adicciones”, refirió Félix Cáceres, jefe de la División de Desarrollo Comunitario. “Dani es el segundo recuperado, pero el primero que fue contratado por la Municipalidad. El otro logramos solucionar una orden de captura que tenía y le ayudamos a gestionar sus documentos, ya que la mayoría destruye sus cédulas para evitar ser identificados, y luego viajó a Salto del Guairá para trabajar. Otra que es madre soltera alquiló un lugar para vivir y ya compró para su cama y ropero”, relató Cáceres.
“Ellos tienen un resentimiento muy grande hacia la sociedad, los policías, pero nosotros tratamos de hacerles ver que ellos delinquiendo también hacían su parte para eso. Tratamos de entablar confianza para escuchar y conocer sus necesidades, para darles propuestas y ayudarles en la búsqueda de un albergue, o un alquiler para vivir y reiniciar sus vidas alejados de la calle. Es difícil”, reconoció.