Dios nos guía como un padre guía a su niño

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Hoy meditamos el Evangelio según San Lucas 9,51-56

El papa Francisco a propósito del Evangelio de hoy dijo: “Jesús reprocha a estos dos apóstoles, Santiago y Juan, porque querían que bajara fuego del cielo sobre quienes no habían querido recibirle en una aldea de samaritanos. Y tal vez en su imagen estaba el arquetipo del fuego que bajó sobre Sodoma y Gomorra y destruyó todo.

Los dos apóstoles, sentían que cerrar la puerta a Jesús era una gran ofensa: estas personas debían ser castigadas. Pero el Señor se giró y les reprochó: este no es nuestro espíritu.

De hecho el Señor va siempre adelante, nos hace conocer cómo es el camino del cristiano. No es, en este caso, un camino de venganza. El Espíritu cristiano es otra cosa, dice el Señor. Es el espíritu que Él nos hará ver en el momento más fuerte de su vida, en la pasión: espíritu de humildad, espíritu de mansedumbre.

(...) Nos hará bien pensar en este espíritu de humildad, de ternura, de bondad. Este espíritu manso propio del Señor que lo quiere de todos nosotros.

¿Dónde está la fuerza que nos lleva a este espíritu? Precisamente en el amor, en la caridad, en la conciencia de que nosotros estamos en las manos del Padre.

Como leíamos al inicio de la misa: el Señor nos lleva, nos hace ir adelante, está con nosotros, nos guía.

El libro del Deuteronomio dice que Dios nos guía como un padre guía a su niño: con ternura. Cuando se oye esto, no hay ganas de hacer que baje fuego del cielo. No; no las hay. Viene el otro espíritu»: el espíritu de esa caridad que todo sufre, todo perdona, que no se engríe, que es humilde, que no se busca a sí misma”.

(Frases extractadas de https://www.pildorasdefe.net)

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