Cultivos empresariales y ganadería avanzan en zona del EPP, destacan

En el Norte del país, zona de influencia de grupos armados, la agricultura empresarial y la ganadería avanzaron, la agricultura familiar se contrajo y se deforestaron más de cien mil hectáreas, indica un reciente estudio.

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Investigadores. Juan Pablo Achar, Roque Orrego, Juan Martens y Antonio Benítez.

Se presentaron ayer los resultados preliminares del estudio Desafíos del desarrollo en contextos de grupos armados, que lleva adelante desde el 2015 el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip-Py) y la Universidad Nacional de Pilar (UNP).
La intención del capítulo presentado del estudio fue verificar la actividad productiva en el periodo 2008 al 2016, en la zona considerada de influencia del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), para determinar en alguna medida el impacto.
El estudio fue financiado por el Conacyt, a través del programa Prociencia, con recursos del Fondo para la Excelencia de la Educación e Investigación del Fonacide.
Se consideraron los departamentos de Amambay, Concepción y San Pedro. Se compararon datos públicos oficiales, información de organismos privados, con imágenes satelitales, además de verificaciones in situ.
El primer resultado fue que la agricultura empresarial, representada por la plantación de soja, trigo y maíz, se consolidó durante el periodo estudiado.
Mientras tanto, la agricultura familiar campesina se contrajo, lo cual se puede ver con la notable disminución de las hectáreas plantadas de algodón y sésamo. El tercer producto representativo de este sector, la mandioca, se mantuvo en área de siembra en el lapso de ocho años (ver infografía).
Con respecto a las causas de la contracción de la actividad de los pequeños productores, Juan Martens, director ejecutivo de Inecip-Py, dijo que en las entrevistas que hicieron la gente sostuvo que tiene miedo de movilizarse en la zona, porque no quiere encontrarse ni con el EPP ni con la FTC.
Deforestación. Un resultado de la investigación que preocupa de forma particular es el “cambio de uso de suelo” de bosques nativos. En otras palabras, “la deforestación indiscriminada”, como lo calificó Roque Orrego, uno de los responsables de la investigación.
En el 2008, se contaba con 1.099.532 hectáreas de bosques nativos en la región. En el 2016, se encontraron con tan solo 997.052 hectáreas, lo que revela que se deforestaron 102.480 hectáreas, de forma ilegal, debido a que en la Región Oriental está vigente la Ley de Deforestación Cero, resaltó por su parte Martens.
“La ilegalidad no ayuda a la construcción de la paz en ese lugar”, acotó Orrego.
Se cree que este avance sobre los bosques se debe principalmente a la actividad ganadera, que fue otro de los rubros que crecieron en el Norte. Tal vez no en los mismos niveles que en el resto del país, pero sí en un porcentaje que puede asociarse al cambio de uso de suelo.
De 2.776.504 cabezas en 2008, se pasó a 3.555.637 en 2016, según datos del MAG estudiados. Martens explicó que los cultivos de la soja avanzaron sobre pasturas, no sobre bosques, según verificaron.

Bosques del Norte no son impenetrables

Algo que repiten los encargados de organismos de seguridad del Gobierno, para explicar el fracaso de la lucha contra el EPP, es que el grupo criminal se esconde en densos y hasta impenetrables bosques en el Norte del país. Pero, según verificaron mediante imágenes satelitales, visitas y datos del uso del suelo, la zona boscosa entre los tres departamentos no supera las 3.000 hectáreas, que ni siquiera se encuentran interconectadas, sino que están dispersas como manchas en los tres departamentos, explicó Martens. Por lo tanto, son “absolutamente manejables” y “no son impenetrables”, dijo.

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