Cardenales desafían al Papa por sus enseñanzas sobre la familia

Cuatro cardenales conservadores desafiaron el lunes públicamente al papa Francisco, en un inusual cuestionamiento sobre sus enseñanzas en un documento sobre la familia en el que lo acusan de sembrar confusión sobre temas morales importantes.

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Cuestionado. Cuatro cardenales le piden al Papa que aclare su encíclica Amoris Laetitia.

El pasado 19 de setiembre, 4 cardenales escribieron al papa Francisco una carta en la que le piden clarificar 5 puntos de la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia sobre el amor en la familia.

Los cardenales –dos alemanes, un italiano y un estadounidense– dijeron que hicieron pública su carta al Papa porque el Pontífice no había respondido.

Los cardenales indican que “el Santo Padre ha decidido no responder” a la carta, por lo que interpretan “esta decisión soberana suya como una invitación a continuar la reflexión y la discusión serena y respetuosamente”.

“Es por eso que informamos de nuestra iniciativa a todo el pueblo de Dios, ofreciendo toda la documentación”, añaden.

Los cardenales piden luego que “nadie interprete el hecho según el esquema ‘progresistas-conservadores’: sería una total malinterpretación. Estamos profundamente preocupados por el verdadero bien de las almas, suprema ley de la Iglesia, y no por hacer progresar en la Iglesia cualquier forma de política”.

El Papa ya había chocado con conservadores a quienes les preocupa que esté debilitando las reglas de la Iglesia Católica sobre temas morales, como la homosexualidad y el divorcio, mientras se centra en problemas sociales como el cambio climático y la desigualdad económica.

En cuestión están algunas de las enseñanzas del tratado de 260 páginas llamado Amoris Laetitia (La dicha del amor), un documento angular del intento de Francisco de hacer a la Iglesia, con 1.200 millones de fieles, más inclusiva y menos condenatoria.

menos estricta. En el documento, publicado en abril, el Papa instó por una Iglesia menos estricta y más compasiva hacia miembros “imperfectos”, como los divorciados que se han vuelto a casar, diciendo que “nadie puede ser condenado para siempre”.

Bajo las enseñanzas de la Iglesia estas personas no pueden recibir la comunión a menos que se abstengan de mantener relaciones sexuales con su nueva pareja, porque su primer matrimonio aún es válido ante los ojos de Dios y por lo tanto son considerados como viviendo una vida adúltera.

En el documento, el Papa parecía ponerse del lado de los progresistas que habían propuesto un “foro interno” en el que un sacerdote u obispo decidirían conjuntamente con el individuo si pueden ser reintegrados completamente y recibir la comunión.

Los conservadores desafiaron esto y, en su carta, los cuatros cardenales pidieron al Papa “resolver estas dudas que son causa de desorientación y confusión”.

En la misiva, enviada a varias organizaciones de noticias, dijeron que incluso los obispos ofrecían “interpretaciones diferentes” de las reglas sobre los católicos divorciados que volvieron a casarse. reuters-aciprensa

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