Por Gustavo R. García y Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
La ciudad de Alberdi es el epicentro del tráfico de combustibles y drogas que se distribuye posteriormente a otras localidades del departamento del Ñeembucú y a otras regiones del país.
El casi nulo control existente en la zona, una región liberada para toda actividad ilícita, sirve como caldo de cultivo para que contrabandistas y narcotraficantes echen raíces en esta zona del país.
A mediados del 2008 la Gendarmería Argentina, con asiento en la vecina Formosa (frente a las costas de Alberdi), realizó 113 procedimientos, decomisando 2.691 kilos de marihuana procesada, 14.312 cartones de cigarrillo, así como hoja de coca y cocaína.
Estos procedimientos produjeron la detención de al menos 110 personas en su mayoría paraguayas.
Este tipo de control, que se realiza en Formosa, generó un cambio de procedimiento a contrabandistas, ordeñadores de combustibles y narcotraficantes que siguen utilizando Alberdi como su epicentro, pero navegan aguas abajo buscando vías de mejor acceso a territorio argentino.
A pesar que desde hace años se conoce en la región esta actividad ilícita, ninguna autoridad hizo mucho al respecto.
Gremios sociales del Ñeembucú aseguran que la región es zona liberada para todo tipo de actividad ilícita. El descontrol es total, las carreteras que conectan una localidad a otra, dentro del departamento están desiertas de control policial. Solo en la ruta 4, que une San Ignacio-Pilar, existen 3 puestos de control. Sin embargo, algunos lugareños aseguran que estos puestos de control solo sirven de campana para avisar la presencia de alguna autoridad, efectivos de la Senad o periodistas a la hora de ingresar a la zona de Pilar.