26 abr. 2024

La fiesta azulgrana en la Catedral del Sentimiento

#LaNuevaOllaEsUnaFiesta Caída la noche del histórico sábado en Barrio Obrero, los primeros acordes musicales brotaron desde el escenario puesto a pleno en la cabecera Norte del estadio. ¡Estalló la fiesta azulgrana en La Nueva Olla!

Cuando las pantallas móviles hicieron juego con el tremendo despliegue de luces preparado para la ocasión, automáticamente el público presente, el mismo que aguardó para ingresar hasta más de tres horas a las afueras del club, soltó sus emociones. Júbilo de un hecho inédito en la historia del Paraguay.
Literalmente, más de 40.000 personas latiendo al ritmo del corazón de un pueblo eufórico con lo sucedido, no es poca cosa. Así, uno a uno, los artistas fueron dejando sus aportes sobre la tarima. Con la canción dedicada a la “Capital del Sentimiento” y nacida en el seno de la hinchada organizada, arrancó el concierto.
Seguidamente el popular Ricardo Flecha respondió con la polka Cerro Porteño. “Somos felices cantando a coro”, bailaban las doble bandejas de La Nueva Olla.
“Soy de Cerro, soy de Cerro, de Cerro yo soy” bajó desde las tribunas y una batería marcó el inicio de Lizza Bogado sobre tablas. “Te seguiré a donde estés, para verte salir campeón” interpretó la cantautora a su más puro estilo.
Bajaron también las banderas gigantes desde Quinta y Novena. “No veo la hora que juegues, quiero estar contigo. La mitad más uno te viene alentar como siempre lo hicimos. No importa si ganas o perdes, yo a vos te sigo alentando”, continuaba Bogado en acción.
Posteriormente, “Cerro vos sos mi vida”, complementó Édgar Camarasa, a dúo con César “El Tigre” Ramírez. La fiesta en Barrio Obrero ya era total.
Con la pista caliente, “El Monchi” le puso la cereza a la torta: “Porque vos desde chico sos mi enfermedad, de la que nunca me quiero curar”, levantó a la masa que no veía la hora de que el esférico vuelva a regalarle alegrías y que la magia de del fútbol encienda una vez más el General Pablo Rojas.
El verde del césped descubierto deseaba ser acariciado. El presidende Juan José Zapap cortó la cinta, los ídolos de ayer, hoy y siempre fueron homenajeados. Los ensordecedores aplausos premiaron el evento. El resto ya es historia.