Semana para reflexionar sobre el parto respetado

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Tamara Celano

Que el primer encuentro de la madre con su hijo se dé en el tiempo y con las condiciones propicias para respetar el parto como un acto natural es uno de los puntos que se visibilizan dentro de la Semana Mundial del Parto Respetado, que se realiza en mayo desde el 2004, gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado.

La iniciativa busca revalorizar el parto como un momento único en el que se debe aceptar la decisión de la mujer como protagonista de esa experiencia, donde la medicina se pone al servicio para acompañar y velar por la salud de la gestante y el neonato. Así, la madre puede evitar intervenciones innecesarias, decidir la forma de controlar el dolor y que se tengan en cuenta su cultura y sus creencias, entre otros derechos. NATURALIZAR LO NATURAL Para el ginecoobstetra Guillermo Ramalho, el parto respetado implica “recordar la esencia natural del parto, donde la verdadera intención de la ciencia no es remplazar, sino más bien cuidar del proceso, detectando oportunamente factores de riesgo para una intervención oportuna”, resalta. Y es enfático sobre entender que dicho momento no es una enfermedad. “Su evolución espontánea, bajo la atención por un personal calificado, nos demuestra el beneficio del nacimiento, un derecho instintivo de la supervivencia, lastimosamente difícil de entender y respetar, pero fácil de intervenir y reemplazar”, agrega. En cuanto a las inquietudes que pueda tener una mujer embarazada al momento de considerar tener un parto natural, Ramalho indica, según su experiencia en la atención de mujeres embarazadas, que la mayor inquietud, sobre todo de las madres primerizas, es la ansiedad y la incertidumbre a lo desconocido, el miedo al dolor y los potenciales riesgos. El especialista recuerda que el parto no tiene que ser una experiencia negativa. “Es único, no se sabe lo que va a suceder, pero la fuerza está en la capacidad de manejar los miedos y la convicción de que todo tiene un propósito”, refiere. La falta de información es uno de los factores por los que muchas mujeres deciden programar sus cesáreas refiere. Y se debe a que piensan que la intervención quirúrgica es de menor riesgo y por lo tanto más segura, cuando que, un parto natural, bajo los cuidados de un profesional, está demostrado que no solo es de menor riesgo sino que más saludable para la madre y el niño, asegura. Ramalho destaca que la cesárea no reemplaza el parto normal, y, según su criterio, la intervención a demanda sin indicación médica puede asociarse a potenciales complicaciones maternas y neonatales, mayor costo y sobremedicación. Como medidas sugiere informar a la mujer y a su familia sobre los riesgos a los que se exponen ella y su recién nacido. PARTOS EN CASA La tendencia mundial es el parto domiciliario, teniendo en cuenta las necesidades de la mujer como protagonista, pero para ello el sistema de salud debe estar organizado para brindar la misma seguridad, con un sistema de respuesta y referencia oportuna a un centro de mayor complejidad en casos particulares de riesgos, señala Ramalho. “Pienso que debería ser una opción para la mujer tener el parto donde ella se sienta más segura, sea en el domicilio o en un centro hospitalario, pero con la seguridad de una atención calificada en un entorno habilitante”, concluye. PARTOS EN TIEMPO DE COVID En este tiempo de pandemia se busca mantener la esencia del parto, dice Ramalho, mientras comparte que cambiaron las normas de bioseguridad, y se tiene particular atención diferencial a los casos sospechosos y confirmados de Covid-19.


Mi decisión debe ser respetada es el lema de la Semana del Parto Respetado 2020, desarrollada del 17 al 25 de mayo, en medio del Covid-19.

Parto respetado en Paraguay
El Ministerio de Salud Pública, en su Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, contempla el parto respetado, desde donde se concibe al mismo como un proceso natural y no como un acto médico, respetando los tiempos biológicos y sicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados, por el estado de salud de la mujer o de la persona por nacer, según el organismo de Estado. Y se contempla la violencia obstétrica como una de las violencias contra la mujer en la Ley 5777/16, de Protección Integral a las Mujeres.


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