Repensar el periodismo

Por Wendy Marton – En TW: @WendyMarton

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Si como lectora me dieran la posibilidad de elegir por qué tipo de noticias pagar, optaría por deportes (fútbol en todas sus disciplinas y básquet, pero prescindiría del golf, béisbol y boxeo); economía, entretenimiento (noticias sobre libros, películas, series y música), buenos análisis sobre la realidad local e internacional y algunas informaciones locales e internacionales. No pagaría por saber quién es la última conquista de Cristiano Ronaldo ni si un marido descubrió que su esposa tenía un amante porque casualmente subieron al taxi que él conducía.

Tres son hoy los sectores más fuertemente afectados por el avance de la tecnología y cuya transformación hace repensar totalmente la forma de trabajar: el financiero, el musical y el periodismo.

Mientras que hace unos años era impensable realizar transacciones financieras sin intercambiar billetes, hoy hay una tendencia creciente no solo a hacer el 90% de transacciones en línea, sino a pensar seriamente en usar el bitcoin (moneda virtual) como medio de pago. En la industria musical, ya casi nadie (o solo los nostálgicos) tiene una colección de discos compactos con sus artistas favoritos, y la mayoría utiliza plataformas en línea para escuchar su música favorita.

Y en el periodismo de ahora, la mayor parte de las noticias se comparte y discute en línea, principalmente a través de celulares. Dentro de unos años, el papel será solo un recuerdo que se guardará en los museos. Pero la discusión ya no es solo sobre el soporte en que se distribuye, sino también sobre el contenido. El lector del futuro tendrá la posibilidad de elegir las secciones que quiere leer y ya no se verá obligado a pagar por noticias que no le interesan o que considera le afectan mínimamente.

El desafío del nuevo periodismo está en generar clicks sobre contenidos que aporten algo a la sociedad, y que este tráfico sea rentable. En lograr que la noticia más leída y debatida sea sobre el presupuesto estatal y no sobre si un gato baja o sube escaleras. En volver a las raíces y contar lo que le afecta a doña María o a don José, y qué se hizo desde el barrio, municipalidad o desde el Estado central para cambiar su situación.

Esta transformación necesita el acompañamiento de la industria publicitaria, que también se ve afectada por estos cambios. Para muchos es molestoso hacer click en una noticia y que aparezca un banner que tarda una eternidad en cerrarse, lo que hace perder tráfico. El periodismo está en esa etapa donde se sabe que algo está pasando, pero no se encuentra aún la fórmula para que la rentabilidad siga siendo atractiva para las empresas. Entender al lector y atender sus necesidades como consumidor es una de las claves para sobrevivir. Todo ello, sin perder la esencia del periodismo: la noticia.

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