La deuda de Itaipú ya fue cancelada

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“En condiciones financieras regulares, Itaipú ya hubiera saldado compromisos con sus acreedores en el 2008 y que incluso los brasileños deberían devolvernos más de USD 5.000 millones”. La conclusión, por cierto esperada e incluso confirmativa, sorprendió a propios y extraños, sencillamente porque no provino del análisis de técnicos o periodistas connacionales, sino del afamado economista Jeffrey Sachs.

INTERÉS USURARIO. Recordemos que, a pedido del actual Poder Ejecutivo y con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Sachs y su equipo están elaborando un trabajo denominado Aprovechando la Energía Hidroeléctrica de Paraguay para un Desarrollo Económico Sustentable, que en uno de sus capítulos trata sobre la deuda de Itaipú. La conclusión, adelantada por la prensa nacional, forma parte de un resumen ejecutivo del trabajo encomendado al especialista norteamericano y a su equipo, cuyos resultados finales, según los últimos informes, estarán disponibles en el curso del presente mes. Añadía que el informe Sachs apuntaba a que la binacional abonó durante 25 años compromisos en concepto de deuda, cuyos montos están muy por encima de los considerados razonables, si se considera que una tasa de referencia del mercado, con parámetros normales, no sobrepasa el 5%. En otras palabras, la entidad binacional cargó en ese cuarto de siglo con intereses usurarios. Sanchs, sobre la base de sus estudios, plantea que las deudas que aún figuran como pendientes en los registros contables en la binacional deben ser canceladas mediante nuevas negociaciones y acuerdos con Brasil.

LA POSICIÓN LOCAL. A la conclusión de Jeffrey Sachs que la deuda de Itaipú está cancelada, desde la perspectiva local, estamos en condiciones de añadir varios hechos para apuntalarla con mucha solidez. Algunos botones del muestrario: hasta diciembre de 2006, el ente, según sus propios documentos, abonó a sus acreedores USD 30.700 millones. No obstante, también de acuerdo con la contabilidad de Itaipú, sus compromisos hasta el 2023, año en que según el Anexo C, vence el plazo para revisar las cláusulas de este componente del Tratado, suman otros USD 30.000 millones, toda vez que sus responsables no “empollen” nuevas deudas espurias. De paso, enfaticemos que el tenedor o poseedor cuestionado de los títulos de la deuda es Eletrobrás, una empresa que tiene el 49% de sus acciones incluso en manos de terceros, extraños en el proyecto Itaipú, o sea, ni empresas paraguayas, ni empresas brasileñas, sino de allende las cordilleras e incluso los mares.

DEUDA ILEGAL. El otro hecho, tal vez el más importante, en cualquier proceso de demostración de la tesis de que la deuda de Itaipú está saldada, es el capítulo de la historia conocido como “arreglo de Brasilia y São Paulo de 1997", que sumó al pasivo la binacional USD 4.194 millones, que se acumularon debido a las tarifas irreales que cobró la binacional en beneficio del sector eléctrico del vecino país.

INCUBAR OTRA DEUDA. Por último, por decisión brasileña, a pesar del dictamen favorable de los organismos técnicos especializados de Itaipú como el Comité de Estudios para la Evaluación del Costo Unitario del Servicio de Electricidad d (CECUSE) y la resolución favorable incluso del Directorio Ejecutivo de la entidad, la tarifa de la usina no traduce sus costos reales como lo exige el Tratado, hace ya un par de años. La inquietud que comienza a crecer entre los observadores de todo lo que ocurre y ocurra en las binacionales es que la década que nos separa aún del 2023 sea aprovechada por el Brasil no para restaurar el imperio de la justicia en la binacional, sino para incubar otra deuda espuria y que Paraguay no pueda, entonces, cerrar esta herida que desangra a la entidad binacional y, por ende, nuestra República.

(*) Director de la revista Mundo de la Electricidad.

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