Las juezas Norma Girala y Mirta Aguayo, ambas de Ciudad del Este y destituidas por el Jurado de Enjuciamiento de Magistrados (JEM) por presunto mal desempeño de funciones, rechazaron categóricamente la sentencia, y para salvaguardar la integridad y el profesionalismo comenzaron algunas diligencias judiciales para apelar dicha resolución en contra, de esa manera rever la medida.
“Somos chivos expiatorios en un momento político en que muchos impresentables buscan embanderarse con la lucha contra la corrupción y particularmente con la lucha contra el tráfico de estupefacientes en el Alto Paraná”, manifestó la jueza Norma Girala, en una rueda de prensa.
La magistrada dijo que era inexplicable el fallo del JEM y que resulta llamativo el empeño y la saña puesta para sancionarlas.
Destacó que otro motivo de la remoción puede ser el deseo de desplazar a magistrados que no responden a sector político alguno o a intereses de particulares, para ser sustituidos por jueces afines y genuflexos.
“No hay otra explicación, el proceder del JEM ha sido arbitrario y contra toda lógica”, acotó. Girala y Mirta Aguayo presentaron en la víspera una serie de acciones administrativas y judiciales para revertir la sanción.
Las diligencias realizadas consistieron en la presentación de una acción de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia; denuncia penal ante la Fiscalía General de Estado contra miembros del JEM, presidido por Cristian Kriskovich, por producción de documentos públicos de contenido falso; y ante el Jurado presentaron recusación, aclaratoria, hechos nuevos, reposición y reconsideración de la remoción dictada.
La magistrada cuestionó la actuación del presidente del JEM, Cristian Kriskovich, de quien dijo que era “una persona maliciosa e incompetente para ocupar dichas funciones”.
“Un proceso penal depende de las pruebas y el juez lo que hace es valorar las pruebas”, dijo Girala.