Sin embargo, ayer la fiscala Lorena Ledesma explicó que basándose en registros de las comunicaciones de las radio bases de la Policía Nacional se pudo corroborar que, efectivamente, el comisario Luis Cantero dio una orden de no ingresar al Directorio azul, pero fue a la 1.00 del sábado. Es decir, cuarenta minutos después de que haya ocurrido el disparo fatal contra el joven Rodrigo Quintana.
Por otra parte, los comisarios Prudencio Burgos, director de la Primera Zona Policial, y Amado Cantero, jefe de la Comisaría 3ª Metropolitana, prestaron declaración indagatoria ayer ante la fiscala Lorena Ledesma.
Ambos mencionaron que “no dieron ninguna orden para violar las normativas legales”.
“Estaba tratando de contener a un grupo de manifestantes, no llegué a la sede del PLRA”, alegó Burgos al salir del despacho de la representante del Ministerio Público.
Lo mismo declaró ante la fiscala Ledesma el comisario Cantero, quien salió raudamente de la oficina sin dar declaraciones a la prensa.
Los jefes policiales además presentaron evidencias, como imágenes del circuito cerrado, para argumentar dónde estaban en el momento del atropello de uniformados al local del PLRA en la madrugada del pasado sábado 1 de abril.
En tanto, el abogado Adolfo Marín explicó que plantearán una querella en representación de los padres del joven asesinado contra el suboficial Gustavo Florentín y contra los otros policías que tuvieron intervención directa en el PLRA.
Hoy, a las 8.00, se presenta a declarar el ex comandante de la Policía Críspulo Sotelo.