El BCP continúa con su rol regulador del sistema financiero

Desde el año pasado, el Banco Central del Paraguay viene ejerciendo su rol regulador en el mercado financiero en lo que se refiere a las tarjetas de crédito, lo que se ha traducido en beneficios tanto para la ciudadanía como para los negocios que aceptan pagos con estos instrumentos. Las medidas no han tenido los efectos adversos que las empresas financieras alertaban ni han distorsionado el mercado. Estas disposiciones son indispensables por las características del mercado y la desprotección que padecen los consumidores en Paraguay. El país debe mejorar los mecanismos de regulación existentes y crear los que sean necesarios para que los beneficios de la competencia lleguen a los consumidores.

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No cabe duda del importante rol que cumplen las instituciones reguladoras en el buen funcionamiento de la economía. No hay economistas ni teorías económicas serias modernas que nieguen la necesidad de normar para que los mercados actúen con eficiencia.

En Paraguay, los consumidores de productos financieros, al igual que en otros ámbitos, se encuentran desprotegidos y vulnerables a las condiciones que las empresas impongan. Por eso es necesaria la existencia de normas e instituciones que establezcan reglas claras y transparentes.

El mercado paraguayo es reducido en general, y en particular en el caso de la oferta de productos financieros. Esto hace que pocas empresas puedan imponer ciertas condiciones a través de conductas colusivas aprovechando las condiciones de desventaja de los consumidores.

La asimetría de información entre consumidores y empresas deja a los primeros en una situación de menor poder en el mercado que debe ser enfrentada por las autoridades monetarias. La falta de información es una de las causas del funcionamiento ineficiente del mercado, lo que obliga al Estado a crear mecanismos que garanticen mejores condiciones para la toma de decisión.

Por otro lado, los mercados pequeños impiden la necesaria competencia para reducir los precios. Esto exige mecanismos de regulación de precios hoy existentes tanto para los intereses de las tarjetas de crédito cobradas a los tenedores como a las comisiones cobradas a los negocios por recibir pagos por este medio.

Un rol activo del Banco Central en las mejoras del funcionamiento del mercado financiero no solo repercute en beneficios para la ciudadanía que opera con tarjetas sino también en la confianza en el sistema.

No hay que olvidar que todavía están presentes las consecuencias de las crisis financieras de los noventas que perjudicaron a mucha gente y que generaron altos niveles de aversión al riesgo y desconfianza.

A las condiciones nacionales se agrega la reciente crisis internacional, que si bien en Paraguay no tuvo una repercusión considerable, contribuyó a resucitar viejos temores.

Situaciones como las anteriores no ayudan a los objetivos de mayor inclusión financiera, por lo que el esfuerzo de generar confianza por medio de reglas que favorezcan a la ciudadanía termina siendo una urgencia.

Un país donde el sistema financiero no presenta condiciones para que la mayoría acceda a los múltiples instrumentos que ofrece presentará serios obstáculos para el desarrollo.

Si bien las medidas tomadas por la banca matriz se limitan al uso de las tarjetas de crédito, constituye un paso importante para impulsar otras en el ámbito de los seguros, del ahorro y de otras formas de acceso al crédito.

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