El 41% de la actividad económica del país está vinculada a la agricultura

Un libro presentado por la UGP demuestra la relevancia que sigue teniendo el agro en el desarrollo, aportando USD 5.690 millones al año al país; la ganadería es otra actividad con crecimiento sostenido.

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Presentación. El Dr. Fabricio Vázquez, de la consultora Investor, autor del material.

“La agricultura es un pilar fundamental en Paraguay”, manifestó el Dr. Fabricio Vázquez, de la consultora Investor Economía. El especialista es uno de los autores del libro Agricultura y Desarrollo en Paraguay, presentado ayer por la Unión de Gremios de la Producción (UGP).

Durante la presentación del material, el autor se refirió a varios datos que demuestran la relevancia de la agricultura en la economía paraguaya, ahora y desde hace décadas.

De hecho, la actividad rural ha acaparado un importante porcentaje de la actividad económica desde 1991 (ver infografía), y desde entonces ha ido en aumento. La segunda actividad que demuestra un crecimiento sostenido en el producto interno bruto (PIB) es la ganadería, pero en un porcentaje mucho menor.

“El dinero de la agricultura se gasta en las ciudades”, dijo Vázquez en otro momento, de tal manera a ejemplificar la influencia de la actividad en todos los espacios.

Por esa razón, dijo que es importante concebir la agricultura no solo como una actividad eminentemente rural, sino vinculada con otros sectores económicos.

“Todas las cadenas vinculadas al mundo rural tienen un peso del 41% en nuestro PIB”, manifestó. La agricultura aporta USD 5.690 millones al año al país, la agroindustria unos USD 707 millones, el transporte USD 615 millones, y las finanzas USD 215 millones. Todas estas actividades están relacionadas con la producción agrícola, aseguró Vázquez.

A este último dato, agregó un detalle relevante: “Consideremos además que el 80% de los clientes de las sucursales bancarias del interior del país están vinculados a la producción agrícola”.

CAMBIOS SOCIALES. Además de la evidente contribución de la agricultura en la economía, todo el proceso ha traído importantes cambios sociales en el país, reflexionó el autor del material.

En las zonas rurales, se ha registrado una disminución de la población. Este hecho está relacionado directamente a la migración de los campesinos a las ciudades, ante la falta de desarrollo de la agricultura familiar campesina, que sigue siendo un desafío.

Pero hay otros aspectos de la migración. Por ejemplo, en Santaní, localidad del Departamento de San Pedro, el 80% de los jóvenes universitarios son hijos de campesinos, lo que demuestra que los labriegos lograron asegurar la educación de sus hijos, lo que hace que los mismos ya no tengan el mismo trabajo que sus padres.

A pesar de todo, la agricultura familiar campesina se mantiene y da trabajo a miles. Sin embargo, en las últimas décadas la práctica se ha vuelto más heterogénea para poder sostener el esquema de subsistencia. Sin embargo, también existe una “nueva agricultura familiar vinculada a cadenas de valor”. Pero en el medio, se encuentran subtipos de pequeños agricultores que enfrentan serias limitaciones físicas, porque cuentan con parcelas cada vez más pequeñas (página 61 del libro).

En contrapartida, la mecanización de la agricultura, modalidad adoptada por los grandes productores, ha tenido importantes avances, tanto en ingresos como en superficie ocupada.

Solamente entre Alto Paraná y Canindeyú, se han incorporado más de 1,3 millones de hectáreas productivas desde 1981. Ambas zonas, son las de mayor expansión del agronegocio.

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