Confesar los pecados

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Hoy meditamos el Evangelio, según San Lucas 11, 29-32.

La Cuaresma es un tiempo oportuno para cuidar muy bien el modo de recibir el sacramento de la penitencia, ese encuentro con Cristo, que se hace presente en el sacerdote; encuentro siempre único, y siempre distinto.

El hijo pródigo que vuelve -eso somos nosotros cuando decidimos confesarnos- inicia el camino del retorno movido por la triste situación en la que se encuentra, sin perder nunca la conciencia de su pecado: No soy digno de ser llamado hijo tuyo; pero conforme se acerca a la casa paterna va reconociendo con cariño todas las cosas del hogar propio, del hogar de siempre.

Este empeño por centrar la Confesión en Cristo es importante para no caer en la rutina, para sacar del fondo del alma aquellas cosas que son las que más pesan y que sólo saldrán a la superficie a la luz del amor.

El papa Francisco a propósito de la lectura de hoy dijo: “Realmente hace un milagro, porque en este caso él (Jonás) ha dejado de lado su terquedad y ha obedecido a la voluntad de Dios, y ha hecho lo que el Señor le había mandado.

Nínive se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada: Jonás sintió una gran tristeza y se desdeñó. E, incluso, reprende al Señor.

La historia de Jonás y Nínive se articula en tres capítulos: El primero es la resistencia a la misión que el Señor le confía; el segundo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros. La obediencia a la voluntad de Dios y Nínive se convierte. En el tercer capítulo, hay una resistencia a la misericordia de Dios.

Y este drama también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando él iba a cenar con los publicanos y pecadores: No lo entendían. No entendían la misericordia. Hay que esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en él hay abundante redención”.

(Frases extractadas de http://homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0113.htm y https://es.catholic.net/op/articulos/13060/cat/565/-no-se-le-dara-otra-senal-que-la-de-jonas.html).

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