En el documentos se resalta que la inflación promedio, desde el inicio del esquema en 2011, se ha ubicado en 4,6% , nivel muy cercano a la meta establecida del 5%. Esta tasa ha sido igualmente inferior al 8,51% registrado durante el periodo en el cual la política monetaria tenía como base el control de los agregados monetarios.
“De esta manera, desde la implementación del nuevo esquema de metas de inflación se ha logrado que el incremento anual de precios sea más bajo y menos volátil”, sostiene el informe.
El BCP recuerda que asumió un compromiso público de controlar la inflación como su objetivo primordial dentro de un marco de transparencia y rendición de cuentas.
En ese sentido resalta que tasas de inflación elevadas generan distorsiones que incrementan la incertidumbre, desalientan las inversiones y comprometen la sostenibilidad del crecimiento económico. Adicionalmente, la inflación tiene elevados costos sociales, con efectos especialmente nocivos en los estratos más pobres de la población, ya que cualquier incremento en la inflación disminuye su escasa capacidad adquisitiva dificultando el acceso a los pocos bienes y servicios que consumen.
Agrega que, todo banco central desempeña un rol decisivo en facilitar un marco de previsibilidad nominal a los agentes económicos a fin de que los planes de inversión se concreten y se generen así empleo, producción y renta. Lo anterior es esencial para mantener tasas de crecimiento económico más altas y sostenibles, y alcanzar una mayor equidad social.