Si bien se observa una reducción con respecto a diez años atrás, cuando el porcentaje ascendía al 86%, la tasa aún se encuentra en niveles elevados.
De acuerdo con la publicación, casi la mitad de los jóvenes ocupados tuvo el deseo de cambiar de trabajo.
La informalidad comprende no estar registrado como trabajador, no contar con seguro social (IPS) o ganar menos del salario mínimo.
Entre los factores que influyen en el empleo juvenil, el autor Dionisio Borda menciona el ingreso deseado, niveles de educación, desajustes de perfiles de mercado, características personales y origen de los jóvenes.
Entre el 2002 y 2012, la cantidad de asalariados jóvenes aumentó en 169.000 personas, llegando a 731.000.