Monseñor Joaquín Robledo, en una homilía netamente religiosa, no se refirió directamente a temas de índole social ni político, pero sí afirmó que mediante la misericordia, que representa también vivir en solidaridad, podemos luchar contra la corrupción.
“Vivir esta solidaridad significa para nosotros combatir la corrupción, que destruye a las personas y a la sociedad, sobre todo a los más débiles y a los pobres”, expresó Robledo.
Robledo también se refirió al perdón y afirmó que Dios no se cansa nunca de perdonar, por lo que nosotros debemos hacer lo mismo.
“El amor y la misericordia se realizan en gestos concretos, de ayuda y de socorro, mediante la experiencia de Dios en la oración. Jesús nos pide incluso amar a los enemigos para ser hijos de su padre. Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia”, afirmó.
El tema de esta tercera jornada de celebración litúrgica es “Dios, nuestro padre, es misericordioso”. Una de las principales obras de la misericordia es perdonar a quien ofende.