La Corte ratifica pena de 25 años por un crimen satánico

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Preso. Juan Ramón Solís Ferreira, luego de ser condenado.

La Sala Penal de la Corte ratificó la pena de 25 años de cárcel para un joven hallado culpable de matar a su novia de 16 años, en un rito satánico en el predio de la ex Caballería, ocurrido en enero del 2013.

La sentencia afecta a Juan Ramón Solís Ferreira, quien fue encontrado culpable de los hechos punibles de homicidio doloso agravado.

El fallo fue dictado en forma unánime por los ministros Sindulfo Blanco, Miryam Peña Candia y Luis María Benítez Riera, quienes rechazaron el recurso extraordinario de casación.

Con ello, quedó firme la pena de 25 años de cárcel impuesta en juicio oral, el 12 de febrero de 2015, por los jueces Sandra Farías, Héctor Escobar y Carlos Hermosilla.

Esta condena fue ratificada a su vez por los camaristas de la Segunda Sala, el 25 de febrero de 2016.

El abogado Sebastián Fleitas fue quien planteó casación contra ambos fallos. Sostuvo que no se dio respuesta fundada a todos los cuestionamientos, especialmente sobre la pena aplicada.

Los ministros revisaron el fallo, y señalaron que los camaristas Anselmo Aveiro, Delio Vera y José Agustín Fernández dieron respuesta a todos los puntos. Con ello, ratificaron totalmente el fallo.

EL CASO. Según los archivos periodísticos, durante el juicio oral, Solís Ferreira reconoció que mató a la joven Karina Elizabeth Sánchez Monges, de 16 años, y pidió perdón.

El crimen se registró el 5 de enero de 2013. La adolescente salió de su casa para encontrarse con su tía en un supermercado de Mariano Roque Alonso.

No obstante, fue interceptada por Solís Ferreira, con quien tenía una relación sentimental, aunque los familiares no lo sabían. El joven con un arma blanca en la mano, la despojó del dinero que llevaba. Luego abusó sexualmente de la chica, y finalmente la mató e incineró parcialmente su cuerpo, en una vivienda abandonada.

Según las investigaciones, Solís Ferreira pertenecía a una secta satánica. Los datos apuntan que el hoy condenado aprobó todos los exámenes iniciales de la secta, como el sacrificio de animales y robo de cadáver, pero le faltaba la última prueba: el pacto de sangre. Con ello, debía realizar la ofrenda de una vida.

La joven víctima fue asfixiada
La muerte de Karina Elizabeth Sánchez Monges (16) fue producida por asfixia y además existían cuatro lesiones de aspecto cortante provocadas con arma blanca premórtem. Según el fallo, esto llevó a los jueces a señalar que la víctima fue sometida a graves dolores físicos antes de su muerte.

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