En la basílica de Caacupé, donde asistieron cientos de fieles, monseñor Claudio Giménez habló de los problemas que aquejan actualmente a las familias y recomendó ser solidarios con los más necesitados.
“Un Domingo de Ramos que nos recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén en forma victoriosa, como un rey, y terminó siendo vendido como un esclavo”, dijo el obispo en medio de su homilía, según informó el corresponsal de Última Hora en Caacupé, Darío Bareiro.
Mencionó que los momentos de “profundo dolor” que sucedieron durante los tiempos de Cristo, se repiten actualmente en la sociedad, en la Iglesia y también en las familias.
“Hay familias que pasan situaciones de dolor, ya sea porque el hijo está enfermo o porque el esposo no se encuentra”, indicó el predicador.
En la homilía del Domingo de Ramos, el obispo Giménez animó a los fieles católicos a soportar los problemas que se puedan presentar a lo largo de la vida. “La crucifixión continua es algo que nos toca a cada uno y cada cual tiene su cruz o sus cruces”, expresó.
La fiesta del Domingo de Ramos se conmemorará de forma solemne también en la iglesia María Auxiliadora de Don Bosco, con actividades para niños y adultos desde las 11.00, 18.00 y 19.30.
También se suman las parroquias de Nuestra Señora del Rosario, María Goretti, Sagrado Corazón de Jesús y la Iglesia Santísima Trinidad, entre otras.
Las familias católicas acostumbran en estas fechas participar de la bendición de las palmas, que en nuestro país se hacen con hojas de pindó y se les agrega de manera opcional flores y ruda.
Para los católicos, las palmas sirven como un anticipo de la Pascua florida o el triunfo por la resurrección de Jesús. También representan la fe de los católicos en Jesús.