Agricultura: empresarial vs. familiar

En los últimos 10 años la agricultura empresarial creció en gran proporción a través de la exportación de granos y oleaginosas, principalmente la soja, cuya área de cultivo aumentó en un 114%. En contrapartida, causa el desplazamiento de campesinos hacia las ciudades en detrimento de la agricultura familiar, que responde a falta de políticas públicas, indica el artículo del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

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El algodón registró una caída desde 186 mil ha a solo 50 mil en el periodo 2002-2011. | Foto: Archivo ÚH.

En el país existen cinco multinacionales ADM, Cargil, Bunge, Dreyfus y Noble, que manejan el 80% de las exportaciones de granos y empresas agrícolas dedicadas a la producción de cereales y oleaginosas. Si bien ambos grupos generan riquezas se resisten a pagar impuestos para que el Estado pueda hacer frente a sus necesidades de inversión en infraestructura y capital humano, indica el Cadep a través de un artículo elaborado por el ex ministro de Hacienda, Dionisio Borda.

Según la investigación el sector creció en gran magnitud en la última década; el cultivo de la soja que en 2002 cubría una superficie de 1.474.000 hectáreas, alcanzó el año pasado un pico de 3.158.000 ha, registrándose así un salto de 114% en la siembra. Asimismo el trigo experimentó un crecimiento del 93%, mientras que el maíz aumentó en un 134%.

La acelerada expansión de los cultivos de granos y de la cría de ganados significó la reducción de la masa boscosa del país, atendiendo que entre los años 1986 y 2008 hubo una deforestación de 2.998.000 ha, una superficie mayor que el área de 2.264.000 ha de bosques existentes en 2008.

A esto se suma el desplazamiento de la población rural a la ciudad, ya que según datos preliminares del censo 2012 adelantan que la población rural no excede del 41%. Esta situación ocasiona simultáneamente problemas de vivienda, acceso a servicios básicos y empleo, la aparición de asentamientos precarios en las ciudades y cuestiones de seguridad.

Al contrario del éxito de la agricultura empresarial, la familiar muestra un lento despegue, los rubros tradicionales de renta experimentaron una fuerte contracción en la última década.

El algodón registró una caída desde 186 mil ha a solo 50 mil en el periodo 2002-2011. Asimismo, el cultivo de tabaco mostró una situación de estancamiento en el nivel de 3.000 ha; la banana registró una retracción de 12.554 ha a 7.727 ha y la piña tuvo una ligera expansión de 4.238 ha a 5.253 ha en el mismo periodo.

No obstante, los rubros la caña de azúcar, el sésamo y la stevia o “Ka`a heé” actúan de contrapeso. El primero registró un salto del 85%, el sésamo aumentó en un 250%, y la stevia experimentó un crecimiento de 332% en el área cultivada.

Ante esta situación, Borda señala que la escasa incidencia de las políticas públicas y el avance sin pausa de la agricultura empresarial hacen que situación de la agricultura familiar no sea promisoria. “El Estado simplemente abandonó a su suerte a los pequeños productores que carecían de capacidad de adaptación rápida al mercado”, refiere el artículo.

Entre los requerimientos más urgentes se destacan el acceso a la tierra y la legalización de la misma, infraestructura física vial y de servicios básicos, acceso al crédito y al mercado en condiciones favorables, la asistencia técnica y la incorporación a cadenas de valor.

El ex ministro de Hacienda advierte que si el Estado no asume estos roles, existe el riesgo de aumentar la pobreza extrema en el campo, así como una mayor migración urbana y poner en peligro la vida de una parte importante de la población.

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