Ataviado con el tradicional chaqué, el Premio Cervantes aseguró que se encontraba muy contento y honrado por recibir este galardón y respecto a su vestimenta dijo que, a partir de ahora, la llevará siempre.
“A mí me gusta disfrazarme; soy muy teatrero”, indicó entre risas en la entrada del Paraninfo de la Universidad de Alcalá, donde a partir de las doce del mediodía se celebrará la ceremonia presidida por los reyes de España.
Un acto en el que pronunciará un discurso “forzosamente quijotesco” aunque aseguró que no será propiamente un discurso sino “una lección cervantina”.
En el acto estará acompañado por su familia que, dijo, como todas las familias en estas ocasiones no respaldan: se burlan y dicen que ha salido mal, bromeó.
No quiso avanzar si prepara una nueva novela pues no hace “spoiler”, y explicó que lo que ha salido recientemente es un ensayo. Lo que toca ahora, agregó, es mirar hacia delante. EFE
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