En la zona, en julio pasado, fallecieron dos niñas de 6 meses y de 3 años, y más de 33 personas menores y adultas enfermaron con los mismos síntomas, requiriendo internación de varios días, según informó la FNC.
Numerosas familias del asentamiento nuevamente están con dolor de estómago, dolor de cabeza, vómito, fiebre, y mareos.
Durante las últimas dos semanas hubo más de 25 vacas muertas y una gran cantidad de gallinas y cerdos, además de pajarillos, entre ellos colibríes.
El arroyo del cual beben los animales supuestamente procede de los sojales que rodean el asentamiento, donde se estuvieron realizando fumigaciones como parte del proceso de preparación de suelo para la siembra, manifestaron desde la FNC.
Varias de las vacas muertas son lecheras, básicas para la sobrevivencia y alimentación de las familias campesinas.
Los demás vacunos son la reserva económica de las pequeñas y pequeños productores, ya que son faenados y vendidos para obtener dinero en efectivo con el cual hacer frente a cualquier urgencia de salud o de otra índole, ya que el campesinado carece de seguro social.
La FNC denunció recientemente los mismos síntomas en más de 150 personas del asentamiento Crescencio González distrito de General Resquín, departamento de San Pedro.