Semáforos obsoletos agudizan más el colapso vehicular en Acceso Sur

La ruta Acceso Sur está cada vez más colapsada de tanto tráfico que recibe todos los días, en especial en el tramo que cruza las ciudades de Ñemby y Fernando de la Mora. Los 11 semáforos instalados a lo largo de la vía en las dos ciudades empeoran el congestionamiento vehicular, con los giros creados a la izquierda pese a que no se cuenta con una calzada adicional para evitar entorpecer la circulación vehicular.

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Neurálgico. En caótica esquina con Avelino Martínez, las luces ya ni se ven con claridad.

Además, estos semáforos son totalmente inadecuados porque son pequeños y las luces no funcionan o bien apenas alumbran, sobre todo en Ñemby.

En la congestión vehicular en Acceso Sur, el andar puede estar más aliviado si no existieran los giros a la izquierda de los semáforos instalados sobre la ruta; 7 están en la jurisdicción de Ñemby y 4 en el territorio de Fernando de la Mora.

Prácticamente todos estos aparatos semafóricos fueron instalados años atrás por las municipalidades de Ñemby y Fernando de la Mora, para facilitar el cruce de pobladores con vehículos desde los barrios hacia el Acceso Sur.

Como la ruta Acceso Sur tiene solo dos carriles para la circulación, al crearse el giro a la izquierda se elimina en 11 cruces el uso rápido de la calzada de la izquierda. Solo queda la calzada derecha para el paso sin trabas, quedándose varados los que circulan por la izquierda y no buscan girar en las esquinas con semáforos.

En las horas pico, las filas que se forman frente a los semáforos con giros a la izquierda son largas y convierten varias cuadras con un solo carril habilitado para el paso de los vehículos. Ante esto, en algunos puntos los conductores violan las normas del tránsito y crean un tercer carril en el espacio de la banquina.

SEMáFOROS CHATARRAS. Los semáforos instalados en el Acceso Sur no son los adecuados para su uso sobre una ruta de intenso movimiento, son de tamaño para calles estrechas de una ciudad. Todos están colocados sobre la mano derecha, por lo que son mejor percibidos solo por los conductores que van por la calzada de esa mano.

Además, los aparatos que cuelgan de los travesaños cubren solo la vía de la derecha. Los que transitan por la calzada izquierda ven la existencia de un semáforo casi al llegar a una esquina señalizada.

Al tamaño diminuto de estos semáforos se suma que casi todos ya están con la pintura opaca en los metales, con colores que no llaman la atención a los conductores. Un peligro para el tránsito constituye el hecho de que varios cabezales ya no tienen las luces en funcionamiento, o si funcionan son pocos visibles, se asemejan a gotas de colores.

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