El “Pa-payaso” que volvió realidad un sueño al ver nacer a su hija

Él es actor y payaso profesional. Tiene 61 años y hace 40 entrega su existencia al arte de la alegría. Vivió en Coronel Oviedo y el teatro clown lo llevó a conocer Europa, donde le esperaba el amor y se cumpliría su sueño de ser padre. Aunque las risas forman parte del día a día en su vida, la disciplina no se escapa de su casa.

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Bochín, un papá payaso, llena de alegría la vida de Aura y le mima en todo momento. Sin embargo, siempre optó por la disciplina para formar a su hija. Foto: Magdalena Britos.

Por Kiara Coronel y Magdalena Britos

Esta es la historia de Jorge Brítez, más conocido en el mundo del arte como Bochín. Su única hija, Aura Brítez, a la cual él reconoce como “un proyecto gratamente buscado”, lo llama “Papayaso”. El vínculo entre ambos sobrepasa la idea del arte y el amor: entre ellos la base de todo afecto guarda relación con la complicidad.


Bochín y Aura tienen una familia peculiar, en donde la libertad, el arte y el amor forman parte de cada día. Como padre, Jorge es una ser sumamente cariñoso, disciplinado y a la vez travieso. Es un progenitor libre que tuvo como bandera para educar a su hija “la capacidad de elección”, según él mismo nos comentó.

“Su mamá (Marisa Cubero) y yo paramos todo y nos ocupamos de engendrarla en Europa, cuando estaba de gira. Desde bebé tuvo que aprender a observarnos en cada presentación de teatro clown que teníamos. Creo que uno de mis aportes dentro de su formación fue no haberle dicho que no; con eso creo que hice un buen trabajo”, contó Bochín entre risas.

Con respecto al vínculo entre padre e hija, Aura, quien se hace llamar Poly-Poly artísticamente, sostiene que es la complicidad entre ellos el elemento fundamental, más allá del afecto demostrado con un abrazo, aunque Bochín es un papá cariñoso.

“En casa fuimos siempre muy cómplices. Él me enseñó mucho de la vida con su ejemplo como padre y como hombre... como hombre que comparte. En la escuela le contaba a mis compañeros que mi papá sabe cocinar, limpiar la casa, lavar las ropas. Siempre se mostró ante mí como un compañero. Además nos mimamos mucho, tanto que mis miedos los compartí con él”, detalló Poly-Poly.

Un vínculo muy fuerte...

Ambos gozaban de escaparse y explorar. La diversión era subir a árboles, a rocas. En ese escenario, a veces Bochín optaba por esconderse de ella en medio de un paseo con el único fin de dejar que su pequeña explore sola y aprenda a desenvolverse.


“La libertad de creación siempre la tuve con él. Bochín Teatro Clown fue siempre una familia. Sin embargo, mi payasita la descubrí a los 12 años. Este oficio implica que uno se ría de sí mismo. Yo sabía que formaba parte de esta familia de payasos, pero nunca me presionaron para amar al arte”, confesó Aura.

Aceptarse a uno mismo siempre...

Para el querido y talentoso Bochín, su oficio de vestirse de payaso no se trata de algo distinto a aceptarse primero a sí mismo como es, pese a que en un país como el nuestro –que no apoya el arte representado por medio del teatro– conlleve, tristemente, explicar a cada persona lo que uno es y lo que hace.

“Uno tiene que actuar como lo que es. No hay nada más triste que tratar de ser genuino y explicarlo todos los días. Nuestro cariño no es fingido, es algo real. Lo importante es tener presente el sentido de la libertad. Cuando ella era pequeña, me sorprendió una vez cuando me hizo saber que no entendía cómo dos personajes (hombres), de una obra literaria de Homero, se amaban. Le tuve que explicar que el amor no tiene que ver con el género”, contó.

Un cariño inmenso...

“Le digo a mi papá que estoy muy orgullosa de haber compartido con él cada momento, cada segundo. El cariño que tengo de él es inmenso. Siempre comento que no fui malcriada pero sí muy mimada por mi Papayaso”, confesó la actriz.

No hay ninguna sensación de posesión...

Bochín, como padre, asumió no tener en ningún momento de su vida sensación alguna de posesión sobre su hija. “Siempre sentimos que querernos como familia nunca fue una obligación”, dijo el simpático actor.

Para Aura, su padre es un ser que la hace reír todos los días, lleno de magia y talento. “Te reenamora, cada día agarra una flor y la pone al lado de mi almohada antes de que me despierte y siempre me tiene un rico mate calentito por las mañanas para compartir juntos”, precisó.

“Él es un hombre muy valioso y creo que no hay nadie como Bochín”, reflexionó la actriz, quien a su vez es cuentacuentos y licenciada en Comunicación.

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