La multinacional Disney, propietaria de la saga Star Wars, firmó una póliza de seguro con la compañía Lloyd’s of London para que, en el caso de que la actriz Carrie Fisher no cumpliera con su contrato de rodar tres nuevas entregas: El despertar de la fuerza, y los dos episodios restantes, el VIII y el IX, reciba una indemnización de USD 50 millones, según publicó el portal El Confindencial
Fisher repitió su papel de princesa Leia en la última Star Wars, estrenada en diciembre de 2015. La misma recaudó millones en todo el mundo.
La intérprete, que murió el pasado 27 de diciembre a los 60 años, dejó rodadas varias escenas del Episodio VIII, el próximo filme de la saga, cuyo estreno está previsto para el 15 de diciembre de 2017 y en el que interpreta a la general Organa.
Star Wars no es la única saga de Hollywood que ha perdido a uno de sus protagonistas cuando todavía no estaba cerrado el rodaje. Philip Seymour Hoffman, quien participó en Los juegos del hambre: Sinsajo - parte 1 murió en 2014, antes de que se estrenara la segunda parte. Sin embargo, ya había rodado la mayoría de las escenas.
Se trataría del pago más alto realizado hasta el momento en la industria del cine por este tipo de sucesos.