EFE
BOGOTÁ - COLOMBIA
Una delegación compuesta por una comisión del Vaticano, la Guardia Suiza y el Gobierno colombiano visitó ayer Cartagena para verificar los detalles de la visita a esa ciudad por parte del Papa, la última que les quedaba por revisar de las que recorrerá Francisco entre el 6 y el 10 de setiembre.
El obispo castrense de Colombia, monseñor Fabio Suescún, dirigió el recorrido por Cartagena en el que se revisaron los detalles finales de la visita del papa Francisco, detallaron los organizadores a través de sus cuentas en Twitter. La comisión de la Iglesia revisó también junto a autoridades civiles y militares los detalles de la visita.
El objetivo de la delegación, en la que también hay funcionarios de la Cancillería, es “no dejar un solo detalle” sin revisar. Como parte de esa revisión también han llevado las hostias que serán utilizadas en la misa que oficiará Francisco en Cartagena, tal y como hicieron antes en Medellín y Villavicencio, las otras ciudades que junto con Bogotá visitará el obispo de Roma.
Durante su visita a Medellín, la delegación también se reunió con la Cuarta Brigada del Ejército, que coordinó pruebas de cápsulas, dispositivos y comunicaciones de seguridad para la visita de Francisco. Además, el director de la comisión teológica pastoral de la visita del Papa, Juan Álvaro Zapata, invitó a que el 5 de setiembre todos los interesados acudan al Parque Bicentenario en Bogotá para celebrar una gran vigilia por la llegada del Santo Padre.
PERIFERIA DEL GLAMUR. A Angie Martínez las monjas la quieren convencer de que puede ser presidenta. Mientras llega ese día, esta adolescente negra y pobre lidia con los peligros de la periferia por la que tanto clamó el Papa antes de su visita a Cartagena. El sol del Caribe se bate sobre San Francisco, el barrio homónimo del Pontífice de 80 años. Angie y la veintena de niñas negras, en impecables camisetas rosadas, entonan para cantarle a Francisco. Será una visita muy corta, de menos de una hora, dentro de los 5 días que estará Francisco en Colombia, adonde llega con un mensaje de reconciliación tras haber apoyado el acuerdo de paz que derivó en el desarme y transformación en partido político de la que fuera la mayor guerrilla del continente. San Francisco está en Cartagena, pero muy lejos del glamur que distingue a la joya turística y colonial de Colombia, el país más desigual del continente, después de Honduras, según el Banco Mundial.