Por Carmen Cosp, Past Presidente de ADEC
Nunca imaginamos que estaríamos paralizados tanto tiempo por una pandemia que ya lleva siete meses, cobrándose vidas, saturando hospitales, separando a familias y amigos.
La pandemia arranca en Paraguay al inicio de marzo. Desde entonces, se han cerrado o limitado los horarios en las empresas, con despidos a empleados por la fuerte caída del consumo.
Los empresarios nos hacemos muchas preguntas que no tienen respuesta precisa. ¿Cómo podrán las empresas y organizaciones impedir que nuestro barco se incline, zozobre y hasta se hunda?
Es una realidad. No manejamos certezas de cuándo esto terminará. Preocupa el desempleo y la tasa de desocupados (60%) en el sector de jóvenes entre 15 y 29 años. (*)
El Covid-19 nos llama a redefinir nuestra forma de trabajar y a revisar todo lo que como país no estamos haciendo bien.
Tres palabras importantes y urgentes:
1. EDUCACIÓN. La gran herramienta. No hemos educado a esta generación, por lo menos, no al nivel deseado. Tenemos que seguir avanzando, no basta el acceso a la educación básica porque los números nos dicen que nuestros niños y jóvenes están lejos de manejar herramientas esenciales como lenguaje, matemáticas (**) y el pensamiento lógico y computacional. Debemos enfocarnos en educar para la vida, enseñar a pensar trabajando temas de su interés, poniendo en el centro sus preguntas y no, en aburridas lecciones que olvidarán al cerrar la puerta de la escuela.
2. CORRUPCIÓN. Es una plaga que no podemos vencer. ¿Es realmente un objetivo del Ministerio de Hacienda? ¿Hay voluntad política? El contrabando y la venta sin factura en altísimo porcentaje (30%). Con lo recaudado en la evasión podrían sostener el Presupuesto Nacional y disminuir las deudas y préstamos.
Por qué no se ataca con más fuerza a los evasores si se trata de gente que nunca pagará impuestos, ni contratará legalmente a sus empleados, es decir, gente antipatriota que quiere beneficiarse a costa de estas malas prácticas.
3. INDUSTRIALIZACIÓN. Los mercados internacionales están creciendo demandando carnes, grasas, granos. Hay grandes países consumidores. Pero… ¿Y la industria? ¿Por qué no crear marcas y vender estos productos con valor agregado? También está la medicina alternativa como otra área de oportunidad que va tomando lugar con infusiones, hierbas, esencias, aceites vegetales y comida orgánica en un mundo que hoy valora todo lo natural. Generaríamos empleo y presencia en estos mercados.
¡Solidarios con la patria…! ¿Los empresarios nos animamos a crecer, industrializar e innovar? Hemos recibido muchos dones. Necesitamos ponerlos al servicio y generar trabajo para nuestra inquieta juventud que llega con nuevos talentos, avizora el mañana y necesita una oportunidad para servir a su familia y a la Patria.
Porque tuve hambre y me diste de comer.