22 jun. 2025

Vidas coherentes

Nuestra actitud al vivir la fe cristiana en un ambiente en el que existan recelos, falsos escándalos o simples incomprensiones por ignorancia, sin mala fe, ha de ser la misma de Jesús. Nunca debemos ser oportunistas; nuestra actitud debe ser clara, consecuente con la fe que profesamos. Muchas veces esa actuación decidida, sin tapujos ni miedos, será de una gran eficacia apostólica. Por el contrario, asusta el daño que podemos producir, si nos dejamos arrastrar por el miedo o la vergüenza de mostrarnos como cristianos en la vida ordinaria. No dejemos de manifestarnos cristianos, con sencillez y naturalidad, cuando la situación lo requiera. Nunca nos arrepentiremos de ese comportamiento consecuente con nuestro ser más íntimo. Y el Señor se llenará de gozo al vernos.<br>Toda la vida de Jesús está llena de unidad y de firmeza. Jamás se le ve vacilar, y menos volverse atrás. Él pide a quienes le seguimos esa voluntad firme en cualquier situación en la que nos encontremos. El dejarse llevar por la vergüenza es propio de personas con una formación superficial, sin criterios claros, sin convicciones profundas, o débiles de carácter.<br>