Víctor Bogado quedó fuera del Congreso ayer, luego de que una mayoría de 35 senadores de todos los sectores políticos hayan votado a favor de su pérdida de investidura.
El cartista decidió retirarse de la sala de sesiones cuando se dio cuenta de que su suerte estaba echada.
Solo el líder de la bancada de su sector, Juan Darío Monges, se animó a votar en contra. El liberal llanista Fernando Silva Facetti también decidió retirarse.
En un poco más de una hora, los senadores liquidaron el expediente, y ahora se espera que asuma el suplente también cartista Arnaldo Franco, el próximo jueves.
Tras salir de la sala, Bogado anunció que recurriría a instancias internacionales, citando a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos).
Además, ironizó sobre la presentación de la pérdida de investidura por parte del sector de Hagamos, a quien se refirió como los “Ad Ovo” (el grupo que integra el senador Tony Apuril es Ab Ovo) y que como tal “de política y reglamento no entiende un pito”, según expresó.
“Capaz no entienda tanto de política como él (Bogado), cierto, ojalá más gente que no entienda de política ingrese al Congreso para que los casos de corrupción puedan tener la resolución que tuvo este caso”, le retrucó Apuril, de Hagamos, a su ahora ex colega.
No votó la llanista Hermelinda Alvarenga, quien supuestamente tuvo que salir a atender un tema. Tampoco hay registro del cartista Antonio Barrios, quien estuvo en la sesión, pero no votó.
Los que no aparecieron para la convocatoria y, por lo tanto, evitaron dar una postura sobre el tema fueron el liberal Blas Llano, y los colorados Mirta Gusinky, Óscar Salomón y Javier Zacarías Irún.
Apuril pidió que el Senado se constituya en comisión para que pueda dictaminar sobre la pérdida de investidura.
Despedida. Bogado pidió la palabra, alegando que fue a la sesión con la única herramienta que tiene, que es la Constitución Nacional.
“Toda persona tiene derecho a que sea presumida su inocencia”, sostuvo.
“Nunca vi tamaña bastardeada, cómo fueron avasallados todos mis derechos en un proceso cuasimediático, donde ya tengo adelantada mi condena mediática, que precipitó la condena jurídica en primera instancia”, se quejó.
Refirió que en la mañana se presentó la apelación a la sentencia, y que por lo tanto quedaba en suspenso.
“Si vamos a hacer una parodia de defensa un ritual, yo no me voy a prestar a eso. Si van a darme posibilidad de defenderme, voy a venir con mis abogados”, alegó.
“Si vamos a llevar a tambor batiente, me retiraré con toda la humildad del mundo, sin ningún tipo de rencor, pero con la conciencia tranquila”, remarcó, e insistió en que no traficó influencia.
En discusión. El llanista Dionisio Amarilla pidió a sus pares “juristas avezados” que expliquen los alcances de la propuesta de la pérdida de investidura si es que no se tipifica el tráfico de influencia.
Stephan Rasmussen, de Patria Querida, insistió para que el Senado se constituya en comisión para dictaminar.
Silva Facetti preguntó si no se tenían más pruebas que la sentencia, y Apuril habló de la validez del documento.
El luguista Hugo Richer alegó que se podía tratar inclusive aunque no se tenga ninguna sentencia, recordando el caso de Óscar González Daher. Georgia Arrúa, también de Patria Querida, pidió dejar de dar vueltas y que se vote.
Tras la votación, para que Senado sea comisión y pueda dictaminar, Bogado pidió permiso para retirarse.
Desirée Masi remarcó que el cartista renunció a su derecho a la defensa.
Apuril sostuvo que la sentencia del Poder Judicial es suficiente para determinar el uso indebido de influencias fehacientemente comprobado.
El titular del Congreso, Silvio Ovelar, se refirió al tratamiento de la pérdida de investidura como “un proceso sumario y fusilamiento a continuación”.