Política

Víctima que perdió casa por fraude afirma que "fundieron a su familia"

Arístides González pide justicia luego de que un esquema judicial presuntamente doloso que operó en la quiebra de bancos remató su casa a precio irrisorio. El clan Fretes aparece vinculado al caso.

En la entrega de ayer, ÚH publicó el caso de Arístides González, que resultó víctima de presuntas maniobras dolosas en los casos de quiebra de bancos, que tenían por objetivo alzarse con costosas propiedades a precios ínfimos. Remataron su inmueble, de un valor aproximado de USD 3 millones, por USD 200.000.

A través de su abogado Manuel Radice, el afectado presentó una denuncia ante la Fiscalía de Delitos Económicos y Anticorrupción, donde pide que se investiguen los hechos. Incluso, Radice reveló la conexión que tienen con este caso el ministro Antonio Fretes y su hijo Asdrúbal y estimó que podrían ser los que finalmente se queden con la costosa propiedad.

En conversación con ÚH, González manifestó que él no conocía mucho de derecho, pero sí puede sostener que cometieron una gran injusticia con él porque le hicieron perder una vivienda que fue construyendo con mucho sacrificio durante veinte años.

“A principios de abril de 2014, a las 4 de la tarde, llega a la casa un grupo grande de gente con traje. Entre ellos, un oficial de justicia que no me acuerdo el nombre, un muchacho alto y grande, para expulsarme y ser desalojado de mi casa”, recordó.

Dijo que nunca dejó de vivir ahí y que, incluso, todo el vecindario lo ayudó y salieron a defenderlo cuando lo iban a sacar. “Hicieron un despliegue policial monumental, cerraron la calle Denis Roa en la esquina y pusieron policías y camiones en el medio”, cuestionó.

Lamentó el operativo dantesco que llegó a afectar a sus hijos y nietos presentes, tuvo que llevar a la casa de su hijo algunas cosas y también “me robaron cualquier cantidad de cosas”.

Comentó que si bien la casa fue hipotecada por su amigo Miguel Kemper al Banco Paraguayo-Oriental, en ningún momento fueron notificados.

Agregó que directamente una jueza dictó el desalojo y hágase saber por qué se vendió la casa en 200.000 dólares.

SOSPECHOSO. El afectado de esta historia apuntó que es fácil deducir que algo malo había en este proceso, debido a que “una casa que cuesta una fortuna, entre tres millones de dólares o más, lo venden por 200.000 dólares”.

Refirió que él no podía hacer nada en su momento porque no tenía apoyo de nadie y “nunca me dieron una sola posibilidad para pagar el monto de la hipoteca y salvar mi propiedad”. Remarcó que el esquema estaba preparado para que “me quiten la casa”.

Finalmente, apuntó que pese a todo lo malo que pasó, “aún tenemos la esperanza de que alguien haga justicia”.

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