29 mar. 2024

“Vi formarse al EPP y también recibí entrenamiento guerrillero”

Fue reclutado por Juan Arrom e integró la dirección clandestina de Patria Libre. El avisó a la Policía que habían decidido matar a Cecilia Cubas. Ahora el EPP lo vigila y se considera “un condenado a muerte”.

olazar epp

Por Andrés Colmán Gutiérrez y Justiniano Riveros

CONCEPCIÓN

“Olazar: su rutina, entre 8 a 9, va a la casa de su papá o su suegro...” dice uno de los manuscritos hallados recientemente en el abandonado campamento del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), en Ybyraty, Horqueta. El papel describe puntillosamente cada paso que el hombre da diariamente, y avisa que “frente a su casa hay un policía y un militar, con pistola, ametralladora M16 y chaleco antibalas”.

Cristóbal Dionisio Olazar mira ahora la copia del papel que hace poco le entregó la fiscala antisecuestro Sandra Quiñonez, y lo guarda en una carpeta, como si fuera una reliquia. “No es la primera amenaza que me llega de parte de los ex compañeros del EPP. Sé que ellos quieren matarme, pero si llegan a tocarle un solo pelo a mi familia, les juro que voy a tomar las armas, voy a formar un grupo comando y hacer lo que no hacen las autoridades: salir a combatirles. Yo también tengo entrenamiento guerrillero”, advierte.

Es un hombre robusto, de barba canosa. Conoce bien acerca de la formación y la estructura interna del EPP, porque estuvo adentro y ocupó un alto cargo en la organización política que le dio vida, el Partido Patria Libre. Hasta que, durante el secuestro de Cecilia Cubas, decidió pasar información clave al entonces comandante de la Policía, Humberto Núñez, y se convirtió en “informante clave” para la Fiscalía, mientras sus ex camaradas los declararon traidor y desertor. Ahora, refugiado en el interior de su vivienda, en Concepción, protegido por policías y militares, Olazar acepta contar su parte de la historia de violencia que conmueve al país. Una extensa entrevista que publicaremos en dos entregas.

-¿Cómo llega usted a formar parte del Partido Patria Libre y a tener conocimiento de la creación de su brazo armado, el EPP?

-Siempre fui un activo luchador social y político de izquierda, y así conocí a Juan Arrom, allá por 1990. Él andaba mucho por aquí, lideraba la corriente Patria Libre, que entonces no era todavía un partido. Me invitó a formar parte, y me fui incorporando.

-¿Carmen Villalba formaba parte de Patria Libre?

-Sí, ella y varios de sus hermanos. Cuando se les acusó por el secuestro de la señora Debernardi, Arrom negó que Carmen sea de Patria Libre, pero ella estaba en la dirección. Aquí está su nombre, en la revista oficial del partido (muestra un ejemplar de Liberación Nacional Nº 7, enero-abril 1993, donde dice: “Dirección: Juan Arrom, Carmen Villalba”). Ella militaba desde muy joven, cuando todavía era estudiante secundaria, y luego se mudó a Asunción.

-¿En qué momento se decide que Patria Libre iba a tener un brazo armado guerrillero?

-De eso se hablaba desde el principio, cuando todavía era corriente, no era aún partido. Ya se hablaba de la necesidad de formar un grupo de lucha armada. Yo mismo estaba convencido de la necesidad. Soy de formación marxista y leninista, y entendía que en esa coyuntura, con nuestros países todavía dominados por dictaduras militares, la única manera de liberarnos era a través de la lucha armada. Esa idea se fue consolidando en Patria Libre: por un lado un partido político legal y por otro una organización armada clandestina. Incluso, varios militantes llegamos a recibir entrenamiento guerrillero.

-¿Usted recibió entrenamiento guerrillero?

-Sí, hicimos prácticas. Aquí, dentro del territorio nacional, y también en el extranjero. Pero en ese momento nuestra concepción de lucha armada era de la guerrilla clásica, no de realizar secuestros y asesinatos, y mucho menos actos terroristas, como los que hacen ahora.

-¿Formó parte de la creación del EPP? ¿Supo del primer secuestro, el de María Edith de Debernardi, en noviembre de 2001?

-Cuando se produce ese primer secuestro, yo estaba alejado de Patria Libre. Había tenido desaveniencias con Juan Arrom, justamente por cuestiones metodológicas. Tras la liberación de la de Debernardi, se produce el desaparecimiento de Arrom y Anuncio Martí, que eran altos miembros de la dirección. Me llama Osmar Martínez, entonces secretario general, y me pide que vuelva al partido, para ayudar ante la desaparición de los dirigentes. Yo respondo solidariamente, me voy a Asunción y participo de todas las movilizaciones, hasta que logramos hallar a Arrom y Martí, secuestrados y torturados por la Policía. Me invitan a quedarme y a formar parte de una dirección de emergencia del partido, y yo acepto.

-¿Es cierto que había una dirección política legalizada, y otra organización paralela, clandestina, dentro del partido?

-Sí, pero de eso yo me doy cuenta después. Yo formaba parte de la conducción política, que representaba al partido legalizado, pero había una célula secreta, una conducción política clandestina, que manejaba el tema de las acciones armadas y de los secuestros.

-¿En qué momento usted se da cuenta de la existencia del grupo armado, que ahora se conoce como el EPP?

-Yo tenía diferencias con Arrom, pero cuando él sale del país y va a refugiarse en Brasil con Martí, queda Osmar Martínez al frente, quien me invita a participar más. Yo ya sabía lo que estaba pasando, pero me negaba a meterme en eso. Ya habían venido dirigentes norteños como Ángel Acosta y Martín Ocampos (el dirigente de la OCN, asesinado hace pocos meses en Jhuguá Ñandú) a plantearme que apoye la opción armada, pero no me convencían. Hasta que un día, en la segunda quincena de agosto de 2004, me visitan en mi casa de Concepción el propio Osmar Martínez, con un colombiano, que se presenta como el comandante Santiago. Ellos al final consiguen convencerme.

-¿Estamos hablando de Orley Jurado Palomino, alias comandante Santiago, uno de los líderes de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)? ¿Él estuvo en su casa?

-Sí, lo vi varias veces. El estuvo mucho tiempo en Paraguay. Después supe que en ese momento él ya llevaba varios meses adiestrando a la columna armada de los que hoy forman el EPP, en los montes.

-¿Y usted acepta finalmente, a instancias de Osmar Martínez y Santiago, apoyar la violencia armada del EPP?

-Lo que yo acepto es formar parte del comité político, el que trataba el tema de la lucha armada. Les digo que sí, e incluso participo de una asamblea que se realiza en Yataity del Norte, San Pedro, en donde se me elige. Pero en la primera reunión del comité en que me toca participar, que fue el 15 de agosto de 2004, en la casa de la señora Regina viuda de Rodas, en Cantera Boca, Caaguazú, ponen a mi conocimiento de que había “una empresa”, un plan para organizar secuestros y recaudar fondos. Eso ya no me gustó para nada.

Lea mañana: Cómo Olazar se convierte en “doble agente” o informante infiltrado de la Policía; el aviso clave sobre el secuestro de Cecilia Cubas y quiénes integran actualmente el EPP.

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