–¿Es factible un frente único de todas las fuerzas de la oposición para competir con chances en las elecciones del 2023, considerando el tiempo que resta?
–Es factible, pero para cerrar una propuesta ganadora lo primero que se tiene que poner al frente son las urgencias que tiene hoy nuestro pueblo. Desde el PMAS sostenemos que la situación pandémica vino a mostrar que es algo urgente atender el deficitario sistema público de salud, producto de 70 años de gobierno colorado, así como la cuestión medioambiental. El verano que estamos sufriendo hoy en el Paraguay tiene mucha relación con el modelo económico que tenemos en nuestro país. Hay algunos análisis que dicen que en algunos años ya no podremos salir a las calles en verano.
Entonces, un proyecto político que en el 2023 no se proponga transformar esto no será uno que responda a las necesidades de la mayoría de la población.
–Son temas cruciales que demandan un debate profundo y consensuar acuerdos programáticos. Insisto, ¿se podrá lograr como parte de una propuesta de la oposición unida, en tan corto tiempo, atendiendo que el Partido Colorado está en campaña hace tiempo?
–Si no bajamos esos temas, la oposición caería en la vieja política. Es decir, juntarnos solo porque así hacemos número, pero en el fondo ofrecemos las mismas ideas y mismas propuestas de lo que queremos vencer. No creo que el electorado en el 2023 vaya a votar por una opción que no le dé garantías de que va a modificar aquello que le está afligiendo.
–¿Existe predisposición y apertura de las agrupaciones políticas de encarar este debate sobre estos temas con vista a una concertación?
–Sí, es más, hay algunos actores políticos del centro a la izquierda que demuestran ese deseo. Por ejemplo, Efraín Alegre, de un tiempo a esta parte, siendo de derecha, fue cambiando año tras año de posición hacia la izquierda. Recordemos que durante el gobierno de Fernando Lugo fue él quien planteó al Congreso la privatización del aeropuerto Silvio Pettirossi. Hoy, sin embargo, su posición es otra. Como él, encontramos otros actores. Kattya González, quien originalmente proviene del Partido Patria Querida, cuyo padre inclusive fue senador por esta agrupación, hoy defiende el impuesto progresivo a las grandes fortunas. Esto te demuestra que la agenda progresista tiene una gran relevancia en el arco político y que varios actores políticos que antes se ubicaban hacia la derecha, hoy se moderaron bastante, están más en el centro.
–Se dice que cualquier intento de una concertación opositora pasa necesariamente por sumar al PLRA. ¿Cómo hacerlo si hoy este partido se halla tan dividido?
–La ecuación que estamos debatiendo internamente y dentro del nuevo espacio que se llama Ñemongueta por la Patria Nueva es que el PLRA, más allá de tener o no estructura, tiene en las bases sociales una reminiscencia del Partido Liberal que peleó contra la dictadura. Para ciertos sectores de la sociedad paraguaya, sigue siendo un partido opositor. Por otro lado, no es un partido que solo con su ímpetu pueda vencer a la ANR (Partido Colorado). Esto es algo que los propios liberales lo saben.
En el PMAS creemos que el PLRA o debería estar en la concertación o debería apoyar, sin proponer candidatura aparte. Teniéndolo enfrente genera bastante desconfianza hacia varios sectores de la sociedad, porque tiene varios actores y bloques políticos internos que poseen vasos comunicantes con la ANR. Ese es un problema. Si los dirigentes del PLRA realmente desean ser útiles a los cambios necesarios para el bienestar de nuestra población deberían o estar en la chapa, pero no para la presidencia, o apoyar la chapa acordada.
–¿Ya se da ese nivel de diálogo entre ustedes y otros sectores de izquierda con el PLRA?
–Nosotros, por una parte, nos encontramos fortaleciendo el Ñemongueta, donde estamos varios partidos de izquierda: el PMAS, el Frente Guasu, Paraguay Pyahurã y estamos sumando a otros. Nos hallamos en esta tarea pensando que de aquí a agosto tenemos que presentar opciones propias y empezar a dialogar con los sectores de los diferentes departamentos. Pero, por otro lado, también estamos participando en la llamada Mesa de Presidentes de la Oposición, a la que concurre frecuentemente Efraín Alegre por el PLRA, el intendente de Ciudad del Este, el gobernador de Cordillera, entre otros. Es un espacio donde estamos también para impulsar una unidad total, pero sobre cuestiones programáticas.
–¿Para ustedes es condición sine qua non que se trabaje sobre ejes programáticos?
–Sí, y explico con un ejemplo. En la oposición todos dicen estar en contra del narcotráfico. Este es un flagelo que tiene que ser combatido en nuestro país. La pregunta que planteamos es: ¿Puede uno estar a favor del latifundio así como existe en el Paraguay, siendo que este es funcional al narcotráfico, porque lo que genera es pobreza, precariedad y desarraigo de un contingente enorme de gente que termina siendo la base social del narcotráfico? Si no estamos de acuerdo en que el modelo productivo, que es el que está generando destrozos ambientales y sociales en el país, debe ser plebiscitado en el 2023, entonces tampoco estamos en contra del narcotráfico. Si no ponemos en esos términos estos temas sobre la mesa, es difícil que nos presentemos como una alternativa a los que nos gobiernan desde hace 70 años. Estaríamos mintiendo al electorado.
–¿Cómo analizan el que el Frente Guasu esté lanzando ya la precandidatura de Esperanza Martínez, por un lado, y, por el otro, también la de Sixto Pereira para las presidenciales?
–Nos parece excelente que esas candidaturas estén lanzadas. La de Esperanza se va a presentar el 28. Es una buena candidatura porque ella representa todo lo bueno de lo que fue el gobierno de Fernando Lugo y también representa algo que para nuestros compatriotas es muy importante, el acceso a la salud de calidad. Pero agregaría algo, que no es aún un tema que ya se conversa, y es que un actor como Jorge Querey entre a la palestra. Es un sueño nuestro que tanto Esperanza como Jorge Querey salgan juntos a visitar los diferentes departamentos y ver qué se produce. En su gestión parlamentaria, Jorge no tembló al enfrentarse a los poderes reales del país.
–¿Cómo está el PMAS hoy tras el juicio político a Lugo y la división que sufrieron?
–Estamos en un proceso de reestructuración interna y de reconstrucción de todos nuestros puentes con el arco de las organizaciones de partidos de izquierda. Creemos que tenemos que constituir una referencia política en donde estemos todos los sectores políticos de la izquierda para que las irrupciones sociales que se dan en el país decanten en programas de participación política.
Si tuviéramos mayor cohesión y referencia dentro del mundo social, otra sería la historia.
Si todos los sectores políticos de izquierda tuviéramos mayor cohesión dentro del mundo social, otra sería la historia.
Esperanza Martínez representa todo lo bueno de lo que fue el gobierno de Lugo y algo muy importante: acceso a salud de calidad.
Si los dirigentes del PLRA desean ser útiles a los cambios necesarios, pueden estar en la chapa, pero no para la presidencia.