25 abr. 2024

Una aventura juntos por toda Sudámerica, con escala en Paraguay

Una pareja de mochileros argentinos tomó la decisión de emprender un viaje por toda Sudamérica, con poco de equipaje pero con muchas ilusiones. Su recorrido los trajo hasta Paraguay, país que los sorprendió gratamente y donde se quedaron más de lo previsto. Esta es su historia.

Indira y Petter iniciaron un desafiante viaje juntos en busca de nuevas aventuras, viviendo día a día, descubriendo paisajes, comidas, culturas y conociendo a cientos de personas en su paso por las distintas ciudades a las que les toca llegar.

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Ambos cuentan a Última Hora su historia. Llegaron al país hace aproximadamente un mes con la intención de quedarse solo por una semana, ya que tienen previsto arribar a Colombia en algún momento no muy lejano, pero aún hay cosas que los hacen quedarse por Asunción.

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Luego de estar por Brasil y anteriormente por Chile, la pareja dice que busca llegar incluso al Caribe en su periplo, para disfrutar del mar, la comida y otros placeres. Planean volver a Brasil, luego ir a Bolivia y continuar su camino hasta allá. “Contamos la verdad de otros lugares”, reflexiona Petter.

“Aprendemos artesanía, hacemos malabares o hacemos música en los colectivos para juntar nuestro dinero y viajar”, refirió la mujer, quien además ejecuta la melódica, un instrumento de viento con teclas de piano, como forma de subsistir durante su estadía temporal.

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Con este instrumento, Indira nos demuestra su talento interpretando la Tarantella, mientras que Petter utiliza unos cuchillos tipo espada para hacer su acto cada vez que el semáforo da la luz roja, frente a una fila de autos.

Lejos de preocuparse por los problemas del mañana y los cotidianos que aquejan a muchos ciudadanos, como el precio del alquiler, los estudios, la luz, los préstamos adquiridos, entre otros, ellos decidieron que su único problema sería resolver lo que pasa en el presente.

Para Petter, el viajar te enseña la simpleza de la vida, a descargarte de todas las cosas que tenés encima todo el tiempo (problemas). “Ya conocimos el Pacífico y el Atlántico, de una punta a la otra, ahora nos vamos al Caribe”, contó.

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Él cree que la mejor forma de aprender un idioma es viajar hasta el país en el que lo hablan. Recalcó que el guaraní es difícil, pero que es muy lindo y, por sobre todo, se dio cuenta de que está muy incluido en cada uno de los paraguayos: “que no pueden dejar de hablarlo”.

“Las palabras más difíciles son las que usan la ‘y’, como pie, que se dice py”, refirió con un poco de dificultad para pronunciarlo.

Con la única idea de vivir poco a poco y disfrutar el momento, ambos emprendieron este viaje hacia su felicidad, hacia el mundo que sueñan. Puede que ella lo acompañe a él o él a ella, pero es seguro que adonde vayan, irán juntos.


¿Qué les gusta de Paraguay?

Ambos coincidieron en que la comida es una de las cosas que más les ha gustado, no solo por el precio, sino por el sabor. “Acá está la verdadera chipa, porque te vas a la Argentina y morís de tristeza”, dice entre risas Indira, quien se sorprendió por el precio de, por ejemplo, el pasaje y la comida.

Contaron que ya probaron la sopa paraguaya y la chipa guazú, y que hay una señora, a quien llaman “la mamá”, cariñosamente, que les prepara distintas comidas todos los días en la zona de la Terminal de Ómnibus de Asunción.

Les gustó que Asunción conserve un estilo colonial, ya que consideran que las ciudades con muchos edificios resultan poco atractivas. Además, consideran volver algún día, ya que les parece un lindo país para vivir.

De día y de noche salen a realizar sus actos de malabares, a veces cantan en los autobuses, pero la mayoría del tiempo se los encuentra sobre la calle Fernando de la Mora y Médicos del Chaco, a dos cuadras de la Terminal. “Aunque el sol te parta en dos, hay que salir a trabajar”, asegura Indira.

Luego de un largo día de trabajo, Indira cierra la jornada diciendo: “Si la vida hubiese querido que estemos todos los días en un mismo lugar, nos hubiera hecho raíces en vez de pies”.

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